La salita de Moy

¡Manué, no te vayas todavía!

Pero de Manué no nos vamos a olvidar, porque además Cádiz lo ha hecho inmortal...

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Él que nunca había salido en una chirigota, porque era muy desagradable y siempre daba la nota... Y al final lo consiguió. Pero pasa, no te quedes en la puerta, que hoy en mi salita he preparado el velatorio más cachondo que haya habido jamás. Además, con un bizcocho de chocolate recién hecho que vamos a compartir para merendar.

Pasarán los años. Disfrutaremos de tropecientas buenas agrupaciones sobre las tablas del Gran Teatro Falla. Pero de Manué no nos vamos a olvidar, porque además Cádiz lo ha hecho inmortal. Y aunque el jurado, como suele acostumbrar, torció su mirada hacia el lugar más seguro, la afición le dio un merecidísimo primero a estos chirigoteros sevillanos, que regresan a sus menesteres con el mejor premio, el de la calle.

Muchos se presentaban en el COAC con la inexperiencia por bandera, pero la terminaron ondeando tan fuerte que nadie jamás pensaría que estos genios del humor andaban de estreno por estos lares. Pero la idea era tan fresca que hasta el Yuyu, maestro de chirigotas, se rindió ante un grupo de amigos que regalaron a Cádiz una de las agrupaciones que pasarían a la eternidad del concurso.

Y ahí estaba él. Amigo de un barrio donde el arte es compás y el humor toda una revolución de lo humano. Él, de Triana, con el que tantas noches de Velá buscábamos chupitos en vasos anchos, entre chistes y cantes, entre charlas cofrades y carnavaleras. Él, currante, que cada día custodia uno de los santuarios deportivos trianeros, Tejares. Él, de San Gonzalo y chirigotero, y sobre todo con un corazón más grande que una Muralla.

Pues ha cumplido un sueño. Y sí, que la injusticia de los sibaritas del carnaval ha dejado sin un primero a los que el teatro aclamó, pero ya nadie le quitará lo bailado ni al bueno del Muralla, ni a los integrantes de una chirigota que ha marcado un nuevo pulso a un concurso, que guste o no, se entienda o no, atraviesa fronteras. Por algo es la fiesta de la libertad y que nadie olvide que Cádiz no es un jurado, Cádiz es una ciudad tan hermosa como acogedora. La misma que entona su voz a la chirigota sevillana del muerto para pedirle a Manué que no se vaya todavía. Ese cajón, más que de muerte nos ha llenado de vida. Felicidades, campeones.

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