La salita de Moy

Como en la salita de tu casa, en ningún sitio

Qué no se diga que en la salita de Moy no le tratan como merece...

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Cuidado al entrar, límpiese bien los zapatos en el felpudo de la puerta que esto está recién fregado. Pero pase, pase. Está usted en su casa. Póngase cómodo y si lo desea le puedo dejar hasta unas babuchas que están como nuevas, aunque son de los Reyes pasados. Y de verdad, de corazón, no se preocupe por hacer ruido. Aquí vamos a estar usted y yo solos. Y si el vecino se queja, ya me encargaré de recordarle todas esas noches de fiesta que se viene pegando en el último año y medio.

Quiero que usted se sienta como en casa. Además me he preocupado de prepararle hasta unas viandas y una limonada bien fría por si durante su estancia le place un refrigerio. Qué no se diga que en la salita de Moy no le tratan como merece. Pues ya ve, aquí uno tiene su rinconcito de pensar y, sobre todo, un lugar idóneo para escribir. Porque para qué pensar tanto si luego no lo reflejamos aunque sea en mil garabatos, ¿verdad? Con lo que nos gusta charlotear y marujear... El día que nos incorporen un chip grabador en nuestras pieles (todo se andará) nos vamos a dar unos buenos lotes de reír.

No. ¿Ese cuadro? Un regalo de unos buenos amigos de Mairena del Aljarafe. Sí, ese es mi padre cuando siendo un chaval comenzó aquella bendita locura que hoy responde al nombre artístico de Los Morancos. Un miércoles de estos te enseñaré un VHS de cuando “el Curro” y “el César” se vestían de moros por los baretos de Triana. Aquello era arte. Por cierto, de arte el videoclip versionado de “La bicicleta” que han publicado. ¿Lo has visto, no? Al final nos vemos con el turrón en los colegios electorales. Verás, verás...

Oye, ya que llevamos aquí un ratito charlando permíteme la confianza de que nos hablemos con el “tú”. ¿Te parece? Que seré de colegio concertado, pero soy de los que piensan que el mejor de los respetos radica en hablar con las personas mirándole a los ojos y si es en las distancias cortas, mejor. ¿Te pongo un rato el aire? Te veo acalorado y no quiero que te sientas como alguna que otra mujer embarazada que por estas fechas han sufrido hasta casi la saciedad en hospitales sevillanos. ¿Sufriría esas calores la presidenta en el paritorio? Ojú con los recortes. Y anda, siéntate en este sillón que a uno le entró una hernia discal y se ha llevado 16 meses esperando a que lo operen... Pues nada amigo, bienvenido a la salita de Moy, donde te espero cada miércoles. Pero eso sí, límpiate los zapatos antes de entrar.

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