Lete

No todos lo sabemos, pero Guadalete viene de Lete, río del olvido, y en esta ciudad, no solo el río es el que ha sido completamente olvidado. El centro una vez más, la zona más visitada y que más aporta a nuestro más importante motor económico (el turismo), sigue siendo la gran olvidada de la ciudad. Parece que en esta localidad los periódicos y la vida política solo se nutren de las obras de los dos nuevos parkings y de la futura transformación de la otra margen del río, y no, hay cosas más nimias y también importantes que siguen estando de vigente actualidad, no ya por el bombo dado, sino por el pasotismo al cual ya estamos totalmente acostumbrados. Papeleras y bancos: el centro y las calles de este histórico enclave necesitan de un mayor número de este tipo de elementos y, sobre todo, acordes al entorno. No se entiende la sustitución de las farolas que pusieron en la calle San Juan por ser demasiado modernas y en cambio, colocar bancos y macetones de dudoso gusto estético en calles como Nevería o Ganado. Las Plazas de la Herrería y de la Cárcel piden a gritos papeleras para depositar los centenares de botellines de cervezas que todos los fines de semana se apilan en todo el perímetro de las mismas. Palmeras: tema muy tratado y sobre todo muy debatido. A día de hoy, ha pasado el verano y El Puerto sigue estando carente de las palmeras que antaño recibían a nuestros visitantes. Ni ginkgo biloba ni palmeras coco plumoso, ni ná de ná… solo se han plantado tres palmeras (afortunadamente) en la otra banda del río decorando un nuevo restaurante de comida rápida. Adriano III: desde que se derribó casi todo el Varadero Nuestra Señora del Rosario, se solicitó y aprobó no desmantelar lo que quedaba del recinto, para la restauración de la nave. Llevamos ya casi dos meses y aun no se le ha puesto ni un dedo encima al Vaporcito. Pasos de cebra en Ribero del Marisco: desde el horrible acontecimiento ocurrido en esta vía, no se han tomado las medidas oportunas como la señalización de los pasos de cebras y la colocación de algún que otro badén. Las barandillas protectoras que existían en los pasos de cebra, poco a poco han desaparecido dando lugar al ensanche incontrolado del espacio de cruce entre una acera y su paralela. Antes existían otros trozos que impedían el paso de motocicletas al interior de las calles, pero también desaparecieron. Plaza Isaac Peral: el arreglo acometido en la misma es de elogiar ya que la plaza se encontraba en unas pésimas condiciones. Se debería premiar a las personas que pintaron y supervisaron la finalización del arreglo. La pared que discurre tras la estatua de Don Pedro Muñoz Seca tiene un trozo por detrás que da a la salida con vehículos del parking, que decidieron no pintar, total está a la espalda y no se ve… Y sí, señores sí, este es nuestro Puerto, nuestro Puerto del olvido…

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