La playa de Valdelagrana, como todos sabemos, es la playa más turística en la ciudad debido a la calidad de sus aguas y de sus servicios. En esta playa podemos observar el “skyline” de la ciudad más propio de Nueva York que de un municipio costero.
Por ello creo que se debería enfatizar bastante en su cuidado y mantenimiento para que siga siendo “el buque insignia” del turismo en la ciudad. La entrada a la ciudad (toda la antigua N. IV) necesita primero un parcheo de socavones, un pintado de la mediana ya que la pintura brilla por su ausencia, la reposición de setos en algunos de sus tramos y sobre todo el cuidado de sus glorietas.
La glorieta dedicada a los salineros necesita un pintado mínimo anual que haga que las pirámides recobren su blancura, la glorieta de la carabela necesita sus velas y un remozado de pintura y sobre la glorieta de los tres montones de arena a la altura del Tomillar, mejor ni hablo… porque entonces...
Cuando se entra por Valdelagrana lo primero que se divisa son los restos del famoso Caballo Blanco, gran hotel que en la actualidad más que un hotel parece un derribo (no entiendo por qué el ayuntamiento obliga con la Inspección Técnica de Edificios a que mantengamos bien las viviendas y a los dueños de estas “ruinas” no les dicen nada).
La avenida de la Paz esta bastante cuidada, ya que se remodeló hace relativamente poco tiempo, y sus parques en principio lucen bastante bien al igual que toda la urbanización, además la fuente funciona correctamente, cosa que es de alabar.
A mi parecer necesita arbolado para que se note más que es una zona turística pero aquí en la ciudad es difícil que planten nada porque últimamente lo único a lo que se dedican es a tapar los alcorques vacíos y no a replantar especies que den sombra y embellezcan nuestras plazas y calles.
El paseo marítimo de la playa siempre me ha parecido de lo mejor que se ha podido hacer, ya que es muy grande y bastante cómodo para caminar, correr, pasear e incluso para divertirte con los cuadriciclos que se alquilan en el mismo paseo.
La barandilla del paseo es algo que choca bastante, ya que no entiendo porque no se pinta todos los años con lo que luce… esperamos que se vaya tomando nota... A parte de la cantidad de bares y restaurantes que hay en toda la zona del paseo y de sus alrededores, se pueden degustar patatas fritas, típicas en la ciudad que elaboran junto al ‘Puerto-Madrid’ Rebeca y Carli que con una sonrisa te venden parte del encanto de la zona: playa, sol, buena comida y sobre todo buena gente, que al fin y al cabo es lo que más vende y lo que más se recuerda.
Como usuario de esta playa he de reconocer y agradecer el esfuerzo económico y humano que realiza año tras año la asociación La Gaviota junto con la Cruz Roja, dos instituciones merecedoras de ostentar algún tipo de galardón en la ciudad.
Su programa “hidrosport” facilita a todas las personas con diversidad funcional, ya sean socios o no, a que pasen un día de playa, ayudando a todo el que lo necesita a bañarse y a hacer rehabilitación en las aguas del municipio. Siempre que sueño las playas… (Rafael Alberti).
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