Imagino que recordarán ustedes aquella divertidísima película protagonizada por Bill Murray y una bellísima Andie MacDowell llamada en España Atrapado en el tiempo (Groundhog Day) en la que nos enteramos que tal día como hoy, 2 de febrero, se celebra en Estados Unidos y Canadá el denominado Día de la Marmota. Un acontecimiento muy popular con especial relevancia en Punxsutawney (Pensilvania), donde obligan a salir de su madriguera a una marmota llamada Phil (o Wiarton Willie la de Canadá). Ésta, actuando como meteoróloga, predecirá si la primavera llegará antes o después, según vea su sombra o no. Así, si Phil ve su sombra, habrá seis semanas más de invierno en Norteamérica; pero si no la ve (porque esté nublado), la primavera llegará pronto. Podemos decir que la pobre Phil hace de Minerva Piquero para los norteamericanos sin cobrar un solo dólar. Como unas cabañuelas de agosto pero con abrigo de pieles.
Esta curiosa tradición del Día de la Marmota tiene por lo visto orígenes religiosos. La cosa empezó con el Día de la Candelaria, festividad en la tradición cristiana en la que los sacerdotes bendecían velas y las repartían. Estos fieles decían que si el cielo estaba despejado el invierno sería largo. Después los romanos llevaron la tradición a los alemanes, quienes decían que si el sol aparecía ese día un erizo (bichejo más pequeño, menos suave, pero igual de adorable, eso sí) podría ver su sombra (porque lucía el sol obviamente) eso indicaría que habría seis semanas más de frio. Después, los alemanes que emigraron a Pensilvania llevaron esta tradición con ellos a ese estado donde cambiaron al erizo por una marmota, que es lo que había más a mano.
Hoy 2 de febrero, despertarán al pobre Phil cientos de cámaras de televisión para que les diga a los americanos si guardan el edredón y sacan las colchas de verano, o no. Y mientras, nosotros aquí en España, seguiremos como el otro Phil, el que interpretaba Bill Murray, atrapado en esta historia independentista de mensajes de whatsapp y otros disparates, una y otra, y otra, y otra vez... Esto sí que da sueño, como si fuéramos marmotas...
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