La Gatera

Hambre

En el justo momento en el que estoy escribiendo esto, hay tres cuerpos, uno de ellos de un menor, en la fría sala de una morgue a la espera de una investigación...

En el justo momento en el que estoy escribiendo esto, hay tres cuerpos, uno de ellos de un menor, en la fría sala de una morgue a la espera de una investigación. Esto no es una novedad, por desgracia.

Sevilla es una ciudad grande y mueren muchas personas todos los días. Pero este caso es diferente por el motivo que parece que ha llevado a esta familia a morir. Y digo parece porque aún está abierto el proceso de investigación. Estas personas han muerto de hambre. Sí, de HAMBRE. El hambre les ha llevado a comer alimentos caducados. La falta de recursos y la desesperación por ello, les llevó a aceptar comida caducada. De ésa que usted y yo tiramos a la basura por miedo a que un despiste nos lleve al hospital. Tremendo, ¿verdad? Pues no, no frunza el ceño porque no le está permitido.

Ahora es cuando a usted y a mí se nos prohíbe ponernos tristes por ellos, apartar el café que estamos tomando porque nos hace sentir culpables, preguntarnos qué estúpida puede llegar a ser esta sociedad que permite que sucedan estas cosas, o levantar el puño hacia nuestros gobernantes y pedirles explicaciones.

No, no debemos hacerlo. No es práctico, ni es civilizado, ni patriótico, ni progresista. Dos personas inteligentes como usted y como yo no podemos dejarnos llevar por los sentimientos. Por eso, hágame caso, meta la mano en su pecho y arranque ese malvado productor de demagogia que es el corazón. Láncelo lejos de usted, o mejor aún, píselo hasta qué vea como deja de latir, como deja de producirle ese tóxico sentimiento de solidaridad que le impide ver las cosas con claridad, sin consignas baratas, sin juicios de valor que le hagan decir que la muerte de esas personas es completamente evitable. Que ningún niño debe morir porque no tiene comida, ningún hombre debe morir porque nuestra escala de valores se nos ha caído al suelo y se ha desordenado.

Dejemos que el ayuntamiento de Alcalá, la policía, los jueces, la Consejería de Bienestar Social, los periódicos, los tertulianos radiofónicos, los profesionales de la arenga de las redes sociales... Todos... nos digan que es lo que tenemos que sentir cuando vemos que a nuestro lado hay gente muriendo de hambre.

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