La escritura perpetua

El Rey

Escrita y dirigida por Alberto San Juan, nos presenta a un Juan Carlos I, interpretado por un colosal Luis Bermejo, en los estertores próximos a la muerte

'El Rey’ es una obra ácida, crítica y contundente, que plantea importantes incógnitas sobre la Transición a través de la figura de Juan Carlos I. Es una sátira, que pone al Rey en la diana de los dardos envenenados de la crítica, pero trata su figura con respeto. Se representa en el Teatro del Barrio de Madrid, y ya ha comenzado el rodaje para llevarla al cine.

‘El Rey’, escrita y dirigida por Alberto San Juan, nos presenta a un Juan Carlos I, interpretado por un colosal Luis Bermejo, en los estertores próximos a la muerte, absolutamente solo, por el que pasan las sombras de las personas que han sido importantes en su vida. En la atmósfera de toda la función está la terrible soledad de Juan Carlos I. Una soledad amarga, angustiosa, y de un brillo descolorido, el brillo oxidado de una Monarquía que el autor y los actores presentan al espectador como absolutamente obsoleta.

Alberto San Juan cree en el teatro periodístico, algo parecido a lo que Bertolt Brecht denominó en su día como teatro documental. Al escribir este tipo de obras, Alberto San Juan se apoya en infinidad de lecturas de libros y de documentos a fin de que la ficción esté lo más próxima posible a la realidad. En “El Rey” hay una frase que Don Juan Carlos dijo a José Luis de Villalonga en un libro de entrevistas. Afirmó el Rey: “No quería que los vencedores de la guerra civil se convirtieran en los vencidos de la democracia”. Esa idea clave sobrevuela la obra como uno de los posibles errores que se dieron durante la Transición. La obra presenta también a un Juan Carlos decididamente tutelado por Franco. Hay una imagen llena de fuerza, una imagen poderosa: cuando muere el Caudillo, su sombra crece más y más, hasta hacerse gigantesca, sobre un Juan Carlos atemorizado y huidizo, empequeñecido, que se refugia, diminuto, junto a una pared.

 Otro momento de la función revela como la Transisión se ideó en una conversación que el joven Juan Carlos mantuvo en el despacho de Joaquín Garrigues Walker. Ahí se preparó el franquismo sin Franco, concepto esencial de la Transición. Y hubo una idea fundamental: “Lo más importante es una Transición sin derramamiento de sangre”. Willy Toledo encarna a un Felipe González vividor y sin escrúpulos, uno de los personajes más antipáticos de la obra. Alberto Jiménez interpreta a un Francisco Franco frío y despiadado. “El Rey” se pasa al cine. Una afilada lectura de la Transición.  

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