La escritura perpetua

El Real Madrid

En su ADN figura la búsqueda del éxito de manera constante. Se trata de una filosofía ejemplar de trabajo que cualquier empresa querría incorporar

El Real Madrid es al fútbol en Europa lo que Angela Merkel a la política: El poder. El Poder con mayúsculas. Lo define aquello que dijo en 2011 Pep Guardiola en la Sala de Prensa del Bernabéu, el día que Guardioa decidió convertirse en un Bukownsky que meara colonia: “El puto amo”. El Real Madrid ganó (4-1) el sábado la final de Champions a la Juventus con un juego colosal y desde una superioridad absoluta en un segundo tiempo estratosférico. Pero esa misma noche de brillo y confettis blancos, durante la celebración, ya había jugadores madridistas que decían en las entrevistas a pie de campo que ahora toca ganar la Supercopa de España al Barcelona e ir a por la Champinons número 13, mientras la copa recién ganada pasaba de mano en mano, todavía caliente, mientras se escuchaba el himno que dice: “Hala Madrid y nada más”. Para el Real Madrid nada envejece tanto como la felicidad.

En el ADN del Real Madrid figura la búsqueda del éxito de manera constante. Se trata de una filosofía ejemplar de trabajo, que cualquier empresa querría incorporar a sus directivos y empleados. El Madrid nunca da nada por perdido: Por adversas que sean las circunstancias. Es un equipo que lucha incluso cuando está herido, río arriba. Siempre. Pero en cierta medida vive devorado por ese ansia de éxito. El Real Madrid se autoobliga a ser sublime sin interrupción. Sus jugadores y el presidente, Florentino Pérez, abrieron un nuevo capítulo en Cardiff en cuanto Sergio Ramos levantó la Undécima. Hay seguir compitiendo. Más y más. Sin descanso. Sin pararse a pensar. Es ahora necesario fichar un nuevo galáctico. Y vender camisetas. Más y más. Conquistar nuevos mercados. Ser los primeros en marketing. Que Cristiano Ronaldo gane otro Balón de Oro. Y que el Palco del Bernabéu continúe siendo una hoguera de las vanidades con vistas a un partido de fútbol. “Hala Madrid y nada más”.
 

El Real Madrid, decíamos, se parece a Angela Merkel. Además, el Madrid, a quienes les resulta incómodos, les lanza el TAS. Y Angela Merkel, a quienes les resulta incómodos, les lanza la Prima de Riesgo. n

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