Curioso Empedernido

Entre empezar y acabar

Entre el empezar y el acabar, bajan y suben telones, se abren y cierran puertas y ventanas, pedimos demasiado y no damos casi nada

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Muchas veces no lo pasamos de lo lindo haciendo lo que nos viene en gana, sin tener en cuenta que todo en la vida tiene un principio y un final. Hemos de encontrar el equilibrio entre las palabras condescendientes y acomodadas y el lenguaje del odio y la venganza.
A lo largo del caminante que hace camino al andar en ese sentido machadiano de nuestras vidas necesitamos ánimo, cariño y estímulo, que probablemente encontremos en las personas que nos conocen y nos reconocen.

Podemos y debemos defender nuestros derechos con mucho ahínco, sin poner mala cara si hemos de hacer algo que no nos apetece. Necesitamos reclamar nuestro espacio sin que por eso debamos sentirnos apartados. Tampoco es bueno el fundamentalismo de la no existencia de términos medios, de tal manera que el que pierde está derrotado para siempre.

Entre el empezar y el acabar, bajan y suben telones, se abren y cierran puertas y ventanas, pedimos demasiado y no damos casi nada, mostramos nuestro rostro más amoroso u odioso y buscamos respuestas escondidas ante preguntas inexistentes.

No es bueno ni saludable tener problemas por solucionar que vamos aplazando eternamente, aprovecharnos de los más débiles para pescar en aguas revueltas, o ser falsos mártires que esconden crueles verdugos. No es aconsejable que nuestro pasado pueda limitar el presente y mucho menos el futuro.

Nos asombramos cuando todo es diferente y tiene una luz distinta y el paisaje nos envuelve convirtiéndonos en otro personaje. Hay retos que tenemos que superar y si nuestra actitud es positiva tendremos ganado buena parte del juego para que el pasado quede atrás para siempre.

Las atracciones  y las fuerzas de la tierra o las inevitables llamadas del destino forman parte  de la revolución cotidiana de nuestras vidas. Entre vanguardias y tradiciones, camelos y caramelos, atracciones y rechazos, vamos superando las carreras de obstáculos.

En nuestra sociedad la supervivencia es cada vez un ejercicio más difícil y complicado. Siempre hay alguien que gana dinero con la pérdida del que más lo necesita., quienes promueven el sufrimiento y evitan la felicidad y quienes no acaban de entender que la vida es mucho más que tener, comprar y consumir.

Cuando empezamos vamos en busca de paraísos que con el tiempo nos damos cuenta que son artificiales y efímeros, lo que nos lleva entre la plenitud  y la satisfacción, lo insustancial y lo trascendente, lo mediato y lo inmediato, el progreso y el retraso, a ser rehenes de la frustración, nerviosos y dominados por la inquietud y la suspicacia.

La vida se nos pasa en un suspiro entre lo incierto y lo predeterminado, el dominio y la servidumbre, la ignorancia y el conocimiento, el mito y la realidad, correr y deambular, descubriendo nuestras necesidades y lo que más nos interesa en cada momento.

A veces tenemos la sensación de estar habitando mundos paralelos, en la que mientras unos nacemos otros morimos, y unos tienen carta blanca para hacer lo que les viene en gana en tanto que otros no les es permitido ni llevarse un trozo de pan a la boca.

Y a  lo largo de esta película que empieza y es seguro que tiene un final sin fecha , entre cortejos, bodas y casamientos , revoluciones, reformas y transiciones , vamos haciendo y creando cosas, sin saber muy bien lo que hacemos y por qué.
                     

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