Curioso Empedernido

Los mitos desmontados

En un mundo con tanta información y tantas fábricas de mitos, debemos reposar de vez en cuando y reflexionar para no meter la pata más veces de lo necesario

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Llenamos nuestra existencia de defensas tras las que nos refugiamos, entre verbos y gestos, conscientes de que los mitos están para desmontarlos. Que centramos gran parte de nuestro ser y actividad en la familia porque sin ella somos como una orquesta sin instrumentos.

Cada conquista diría, es como gritar estamos aquí y continuamos, sin más pretensiones, y somos espectadores de personajes que nos ofrecen el espectáculo entre la frivolidad y el extremismo, el bolsillo y el patriotismo y vamos superando nuestro tiempo buscando nuevas oportunidades que pueden llegar en el momento más inadecuado.

Y entre los mitos refraneros de que tras la tempestad viene la calma , hay ocasiones en las que preferimos la tormenta de la pasión antes que la tranquilidad y el sosiego de la razón., un ciclón de inseguridad que una paz de rutina, el infierno del escapar que la felicidad para esconderse.

Debemos aprender a huir del pesimismo para que parte de nuestros problemas que no eran reales desaparezcan. Entre lo imposible y lo improbable, alimentar esa idea brillante que podemos llevar a cabo en los próximos días, contando con los apoyos adecuados y los riesgos calculados.

En demasiadas ocasiones, nos encontramos en el dilema de estar parados sin poder arrancar o ser trenes apunto de descarrilar, pensar en muchas cosas y no tener nada que decir , escuchar solo el propio eco , a pesar de que suenen muchas voces , estar pendientes de todo lo que no sabemos y nada de lo que necesitamos.

Se nos pasa la vida en intentar encontrar todo lo que deberíamos saber y no sabemos, pretendiendo ganarle la batalla al tiempo, recordando aquello que hemos olvidado aunque nos lo cuente mil veces. en una carrera del pasado al futuro, sin salir del presente.

En un mundo como  el nuestro con tanta información y tantas fábricas de mitos, debemos reposar de vez en cuando y reflexionar para no meter la pata más veces de lo necesario, entre violines desafinados, necesidades insatisfechas, ojos desorbitados y vientres inflamados.

Nos movemos entre el deseo desesperado , la impaciencia contenida , la perla deseada o el volcán en erupción , el mundo en la nada , lo próximo en la distancia o lo invisible que se toca y mientras esto ocurre no encontramos los sustantivos y los adjetivos van cambiando de lugar.

Y huimos de los mitos literarios siendo tacaños en el empleo de palabras innecesarias, evitando tópicos, huyendo de afectaciones e intentando encontrar la vida en lo sustancial y no perder el seso en lo anecdótico ni el tiempo en lo banal.

En muchas ocasiones, no podemos evitar que los pájaros aniden nuestras cabezas, tal vez intentando habitarla para que no solo exista el aire y vamos dando tumbos de un lugar a otro, con una sensación extraña de estar en todas partes y no encontrarnos en ninguna, pese a buscarnos de manera insistente.

Cómo decía Joseph Cambell” Los mitos son sueños públicos, los sueños son mitos privados”. Aunque vivimos en un  mundo en el que se montan y desmontan mitos, no es fácil combatir argumentalmente algo que la mayoría de la gente cree que es falso.

Tal vez las claves estén en no hablar demasiado del mito, advertir que lo es para dejarlo claro ante los demás, ofrecer siempre explicaciones alternativas  y rebatirlo con estadísticas y gráficos, no sé si lo lograremos, pero no les quepa duda que causaremos buena impresión.

         

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