Curioso Empedernido

Banderas y banderías

Debemos hacer en cada tiempo lo que corresponde hacer, sino no solo nos quedaremos desfasados sino que generaremos conflictos innecesarios

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Las banderas son estandartes que representan a un país, siempre que sea un símbolo identificativo en el interior y en el exterior como les ocurre a los 192 territorios independientes en el mundo, y nonos debe impedir sentirnos integrantes  de una nacionalidad sin dejar de ser ciudadanos del mundo y sin querer convertirla en un símbolo de banderías y enfrentamientos, en ese caso  no nos sirve y es algo muy perjudicial política y humanamente.

Debemos hacer en cada tiempo lo que corresponde hacer, sino no solo nos quedaremos desfasados sino que generaremos conflictos innecesarios. Hemos de huir y rechazar los arrebatos y ofuscaciones y ser honestos en la expresión de nuestros pensamientos y  sentimientos.

Entre evocaciones y provocaciones no nos debe faltar determinación en nuestras actuaciones; No dejar de ser el director de orquesta de nuestra vida y ser capaz de lejos de sectarismos y banderías, llenar de luces nuestros andares y apartar las sombras de nuestro camino.

Presos de la pereza o de la falta de valor, hay ocasiones en que nos falta fuerza  para tomar una decisión en firme y nos dedicamos a crear tensiones sin dar soluciones y a la desesperada y sin horizontes terminamos viviendo la peor de nuestras pesadillas.

En una espiral de locura vemos como en un mundo enajenado la gente proyecta  su culpa a todo aquel que tiene en su entorno y no asume la responsabilidad de nada. El sentido del deber y el común que deberían ser normales se nos vuelven excepcionales.

A veces en medio de este océano de despropósitos nos surge un plan de lo más interesante que nos aporta valiosas herramientas para vivir mejor. Entre principiantes y expertos, populismos y decadencias, hemos de saber retirarnos a tiempo, con dignidad.

Otras ocasiones, a la gente le pican las prisas y son rehenes del sálvese quien pueda, en un alarde de tapar sus fracasos y ocultar sus errores. Y poco a poco, casi sin darnos cuenta esperamos que el agua nos llegue al cuello y nos colocamos en la picota.

Hay planes improvisados y sorpresivos que no podemos rechazar y cosas que nos perjudican a las que debemos negarnos  al igual que hemos de penalizar por lo perjudicial que resulta para la comunidad la arrogancia y la pasividad.

Las continuidades e interrupciones de la historia, nos muestran las viejas dictaduras y las nuevas tiranías, lo que convierte cada jornada en una especie de calvario y una sesión de alerta continua que en una especie de rueda giratoria que  nos conduce al principio para que todo siga igual.

Tenemos mucho que descubrir pero sin atormentarnos con ideas limitantes, y meter la pata hasta el fondo, sin ser capaces de rectificar o basándonos en pronósticos inciertos para momentos turbulentos.No debemos fiarnos de aquellos demonios que utilizan formas suaves y elegantes y se nos presentan como ángeles buenos.

Hemos de vacunarnos contra las traiciones, protegiéndonos y apostando por quienes quieren hacernos la vida más agradable. Cuando al final de la jornada nos sentimos cansados y hemos tenido muchas ocasiones de aprender, no debemos olvidar que si las banderas en las que vemos envolverse a algunos para ir contra el resto se convierten en banderías, no nos debe resultar extraño que la gente pase la línea del hartazgo al rechazo y eso no conduce lamentablemente a una sociedad mejor, más justa y solidaria sino a una mayor fractura entre quienes tienen y quienes no, y ahondar más en la desigualdad.
             

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