Curioso Empedernido

De la guinda al epitafio

Y es que entre la guinda y el epitafio hay que distinguir entre partidos políticos y organizaciones coyunturales, y entre estadistas y charlistas de tres al cuarto que se nos agotan en tres embates

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Todos en la vida en la vida tenemos nuestro cenit y nuestro ocaso, nuestro alumbramiento a la vida y el día fatal en el que nos llega la muerte. En la política y máxime en los convulsos tiempos que nos ha tocado vivir, hay organizaciones y líderes que tienen una breve existencia y otros que por la crueldad de los tiempos han de certificar sensatamente su salida de la misma antes de que los echen.

En el caso de los referentes, aun se oyen las voces de Felipe o Aznar, sin embargo se notan desgastadas y agotadas las de personajes como Pablo Iglesias, el de Podemos, o Alberto Garzón el que es el líder  de IU, y ante los intentos fallidos  de abrazos con los del círculo,  en estos momentos se postula como promotor de  Ahora en Común.

Y es que entre la guinda y el epitafio hay que distinguir entre  partidos políticos y organizaciones coyunturales, y entre estadistas y charlistas de tres al cuarto que se nos agotan en tres embates y no resisten tres envites de las adversidades que la realidad nos ofrece.

Entre el éxito y el fracaso, solo hay un paso, una raya, una palabra.  Por eso hemos de cuidar  nuestros hechos y nuestro verbo. Con frecuencia observamos como quien ayer gritaba una cosa, hoy predica toda la contraria, y quien se mostraba radical, hoy nos ofrece su cara más moderada y su perfil más equilibrado. Nos puede parecer increíble pero es cierto.

En estos días hemos asistido al entierro de un partido político, con más de cuarenta años de vida, en Andalucía, el PA. Cierto es que Andalucía jamás demostró ser nacionalista aunque se sintiera andaluza por los cuatro costados, pero con una particularidad, como dice el himno de Blas Infante, “sea por Andalucía libre, España  y la humanidad”, con lo que estamos reafirmando nuestra vocación  universalista.

Pero en una época en la que los predicadores de lo excelso y lo infinito predicaban el fin del bipartidismo, en la hoguera de   la antigua  política y el comienzo de una nueva era, resulta que todas las encuestas dibujan un mapa distinto en el que el PSOE y el PP, continúan siendo los partidos más votados y PODEMOS y CIUDADANOS moderan sus expectativas. Los primeros porque siguen reproduciendo todos los tics de la casta a la que tanto criticaban pero en peor, los segundos en el intento de encontrar un espacio que les diferencie claramente del PP

De todas maneras estas Elecciones Generales, servirán para ofrecernos además de un mapa más fragmentado que obligue a todos a hablar y pactar, el fin de algunos espejismos y la defunción por torpeza política de otros.  En el primero de los casos, UP y D  que parecía una esperanza en el horizonte político morirá víctima de sus propias contradicciones y enfrentamientos internos, entre afirmaciones y negaciones.

Mientras que IU,  la coalición de izquierdas que nació en 1986, como un movimiento popular de contestación por nuestra entrada en la OTAN,  también verá apagar sus luces, entre pasillos y conspiraciones en busca de un espacio que ya les han ocupado en gran parte  PODEMOS. Y en los nacionalismos periféricos dentro del pacto que tantos años les ha dado estabilidad y fortaleza de Convergencia y Unión, esta última desaparecerá del mapa entre las mareas y los vientos independentistas.

Así son las cosas en política,  sin piedad,  y cada cual fabrica su historia y recoge de la misma todos los argumentos, con los que disfruta o sufre y hace que las cosas sean de una manera o completamente distintas en función de las decisiones que se tomaron en un determinado momento.   El tiempo modifica la visión de las personas y las situaciones. Lo peor es que entre las guindas y los epitafios, se pierdan los valores y los principios.
              

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