Curioso Empedernido

Entre dudas y sospechas

Nos movemos con demasiada frecuencia entre el deseo de que todo sea de manera distinta a como lo padecemos y el miedo al cambio, la necesidad de rehacer nuestros planes o continuar con la rutina como si nada sucediera porque en cada esquina existe una amenaza

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Parecen cercanas en el lenguaje pero están muy lejanas en la realidad, ya que si la duda nos puede llevar al conocimiento; tras ir descartando lo erróneo y descubriendo el camino hacia la verdad; la sospecha siembra la desconfianza en nuestro ánimo para que supongamos que alguien ha podido hacer algo malo.

Son dos músicas que suenan distintas , pero que en ocasiones nos colocan fuera de onda y al rojo vivo , entre la desgracia y la felicidad , la luz y la oscuridad, con las alas abiertas o el espíritu cerrado, entre el ser cigarra o el ejercer de hormiga.

Nos movemos con demasiada frecuencia entre el deseo de que todo sea de manera distinta a como lo padecemos y el miedo al cambio, la necesidad de rehacer nuestros planes o continuar con la rutina como si nada sucediera porque en cada esquina existe una amenaza.

En este circo de las contradicciones, intentamos combinar los malos tragos con que la realidad nos enfrenta con los momentos placenteros con  los que en ocasiones nos obsequia, la exigente rapidez con la que nos empujan las necesidades de las gentes con la lenta exquisitez de quien todo lo tiene resuelto.

Entre dudas y sospechas hemos de saber distinguir cuando el protagonismo es la honestidad y la coherencia de cuando nos invade el escándalo y la indecencia, y no vale pregonarlo de puerta en puerta ni de casa en casa, solo sirve predicar con el ejemplo y practicarlo.

Son días de jaleos y ruidos, en los que nos envuelven en mensajes simbólicos y sonidos que lejos de ser los que suenan son los que representan como tic tac, toca toca  o pin pan pum. Son como la sinfonía de un nuevo tiempo y nuevo lenguaje con los que nuestra clase política intenta sorprendernos.

Desde la medida del paso del tiempo para  que seamos conscientes de la   cuenta atrás en la que estamos hasta ese llamar a nuestra puerta para  llegar y ofrecernos sus propuestas, son muchas las dudas y las sospechas que nos asaltan.

Demasiadas veces, nuestros fantasmas y nuestras ensoñaciones son nuestra fuente de inspiración literaria y en otras no sabemos cómo salir del enredo, y somos como un pasajero de un tren que no va a ninguna estación, como aquellos que fuera de lugar siguen hablando en democracia, de vencedores y vencidos, en una especie de lenguaje guerrero  cuando las hegemonías cambian y con ella quienes ostentan el poder y sus aliados, y por supuesto los adversarios.

Muchas veces podemos tener nuestras dudas y sospechas sobre si somos reales o tal vez solo seamos una proyección de nuestros propios deseos. Aunque no se pudiera negar la realidad y la evidencia, nuestra  fantasía se confirma en algunas ocasiones  y todo encaja como las piezas de un puzle.

No debemos ni podemos desaprovechar las oportunidades que la realidad nos ofrece para expresar y escribir lo que pensamos y sentimos, y superar esa contradicción entre esa idea martilleante que nos atenaza y el impulso que nos empuja a que todo cambie y se transforme.

Las cosas siempre afortunadamente pueden ser de otra manera y siempre pueden abrirse nuevas y distintas posibilidades entre tanta monotonía y rutina, argumentos diferentes y distintos sobre las situaciones que hemos vivido una y otra vez, y nos damos cuenta que es posible aunque no nos la parezca, combatir el dogma y movilizar a la ciudadanía.
                   

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