Soy payo como muchos de ustedes desde considerarme algecireño, andaluz, español, europeo y ciudadano del mundo, pero permítanme que hoy me sienta especialmente gitano. No es un tema de discriminación positiva, tampoco es un intento de quedar bien con muchos de mis paisanos y amigos que son orgullosamente integrantes y herederos de esta etnia. Es un sentimiento.
Lo que hoy quiero a través de esta columna de opinión de los miércoles que bajo el epígrafe de La Vida y la calle, intenta analizar distintos aspectos de la realidad o reflexionar sobre como desde mi perspectiva podrían ser las cosas, es rendir un homenaje a un pueblo que ha enriquecido la cultura, de España y de forma particular de Andalucía.
Esta 8 de Abril, Día Mundial de los Gitanos, en plena primavera nos recuerda el Congreso Mundial celebrado en Londres en la misma fecha del año 1971, en la que se instituyeron la bandera y el himno gitano. Creo que es por tanto un día de celebración no solo para los gitanos sino para toda la sociedad
Para quien desde el gobierno andaluz, allá por Noviembre de 1996 le correspondió el honor de ser junto con los colectivos FARA y UNIÓN ROMANÍ, y sus responsables Pepe Carrillo y Juan de Dios Ramírez Heredia, el Consejero de Trabajo y Servicios Sociales Ramón Marrero y el Presidente Parlamento Andaluz Javier Torres Vela, de promover el 22 de dicho mes como el de los Gitanos andaluces, ustedes entenderán que me sienta una especial emoción.
Por tanto hoy no solo debe ser solo un día de celebración para todos, sino que ha de aprovecharse la ocasión para hacer visible la causa gitana, con lealtad, respeto y sin hipocresías, con sus fortalezas y debilidades, para mostrarnos la unidad y la diversidad de los gitanos y gitanas de todo el mundo como parte importante de sus respectivas sociedades.
Debe ser también una jornada de reconocimiento , para que todos conozcamos y reconozcamos , al margen de recursos frívolos y fáciles , la historia del pueblo gitano , su largo y penoso peregrinaje de persecuciones y expulsiones a lo largo de la historia , una ocasión para no olvidar las víctimas del genocidio nazi y de otras represiones como las de la dictadura franquista.
Decía al principio de este artículo que quería que esta columna fuera un homenaje hacia los gitanos, la minoría cultural más antigua y a la vez más discriminada de Europa., para reconocer las muchas aportaciones culturales y de valores que ha realizado al conjunto de la sociedad. Un tributo a muchas familias, que a pesar de las dificultades y tópicos, luchan por salir adelante, educar a sus hijos y darles y un futuro mejor y además desde preservar sus tradiciones y raíces se empeñan en formar parte activa y plena de la ciudadanía.
Por eso el conjunto de la sociedad hemos de prestar nuestro apoyo y solidaridad a las reivindicaciones de un pueblo que sigue luchando porque sabe que queda mucho por lograr, como la denuncia y el rechazo a la posición de la Real Academia Española de la Lengua que mantiene en la última edición del Diccionario la acepción peyorativa y vinculada a la estafa y el engaño del término gitano utilizando para ello la definición de trapacero.
Pero no es solo la RAE , sino que se continua haciendo daño al pueblo gitano desde la demagogia, la incultura y el desconocimiento , dando una imagen caricaturesca y estereotipada como en los programas de televisión Los Gipsy Kings o Palabra de gitano , que solo contribuyen a reforzar el rechazo del conjunto de la sociedad.
Contamos en nuestro país con una buena trayectoria en las políticas de inclusión de la comunidad gitana, pero estamos viendo que los recortes en políticas sociales, están produciendo cada vez más desigualdad, que están afectando a colectivos sensibles, como el gitano. Permitidme que termine este artículo con un grito bien fuerte en caló en este especial día de reconocimiento y reivindicación:”SASTIPEN TAHJ MESTIPEN” “SALUD Y LIBERTAD”
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
