Curioso Empedernido

Pillos y pícaros

Muchos de estos personajes basan su estrategia en una convicción de que hagan lo que hagan no les va a pasar nada, son impunes, pero la justicia es lenta pero segura y más tarde que temprano acaba pescando y castigando al culpable

Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai

La historia, la literatura y la actualidad nos enseñan que vivimos en un país de pillos y pícaros. Los hay en todos los sectores y segmentos sociales y en las más variadas actividades. Claro está que hay espacios en los que se les nota mucho como en lo  público y lo  político.

Estos sujetos suelen ser transgresores de las leyes morales y civiles y, sobre todo, de las normas sociales y sus valores jerárquicos. Están reflejados en las letras clásicas como el Satiricón de Petronio o el Asno de Oro de Apuleyo o en otros  ejemplos de distintas obras literarias europeas de la Edad Media.

Pero donde realmente rompemos la pana y se convierte en un género inconfundible es en España, en el que realmente el pícaro escribe la historia de sí mismo como el caso de la primera conocida, El lazarillo de Tormes, que como todo antihéroe pone por encima de todo, el mantenimiento de su libertad y el instinto de sobrevivir.

Asomarnos a la ventana informativa de cada día nos proporciona todo tipo de especímenes de pillos y pícaros, desde el que enarbola la bandera de España y presume de ser el más patriota del mundo pero se lleva sus dineros a un paraíso fiscal, hasta el que constituyéndose en símbolo de una determinada nacionalidad, el tiempo demuestra que todo era una mentira y una falsedad.

También están aquellos que intentan darnos  lecciones de moral y buenas costumbres manifestándose contra la Ley del Aborto y se marchan a arreglar los entuertos de un embarazo no deseado de sus hijas o esposas  al extranjero o los que tienen varias amantes con cargo a las tarjetas opacas.

Muchos de estos personajes basan su estrategia en una convicción de que hagan lo que hagan no les va a pasar nada, son impunes, pero la justicia es lenta pero segura y más tarde que temprano acaba pescando y castigando al culpable.

En estas fechas somos testigos de un caso, que entre lo anecdótico, lo estrafalario, lincreíble y lo chapucero, es el que a nivel nacional e internacional es ya conocido como el del “pequeño Nicolás”, que a sus veinte años ha colocado en crisis a todos los controles y seguridades posibles.

No voy a relatarles la biografía de este colón profesional ni todas las características de su perfil y sus actuaciones, porque entre la crónica, el serial y el culebrón se ha dicho de todo sobre este profesional de  la estafa y el engaño.

Ha estado y aparecido en todos los círculos del poder institucional, lo que demuestra dos cosas, que ha sido capaz y que le han dejado. Si ha falsificado informes del CNI y ha usurpado funciones públicas, teniendo el rostro de colarse con todos los parabienes en la recepción con motivo de la proclamación de Felipe VI  o estar en el palco del Bernabéu compartiendo tribuna con José María Aznar en un acto de FAES con jóvenes, es que realmente somos un país de opereta en el que los pillos y los pícaros encuentran su verdadero escenario.

Si ha sido capaz de desplazarse en coches de lujo, escoltado de sirenas policiales  y entrevistarse con los responsables institucionales que se proponía, no es solo el síntoma de que cualquier sinvergüenza puede colárnosla, sino que nos va el rollo de la megalomanía y la ideación delirante.

A cualquier persona sensata y decente, de esos que acuden todos los días a su trabajo y sostienen este país pagando sus impuestos, le cuesta mucho trabajo tragarse que este muchacho; de nombre Nicolás y sin oficio conocido; al que muchos  ahora dicen no conocer, trabajara solo desde un chalet de 700 metros cuadrados, con tres plantas, jardín, piscina, un semisótano y un garaje, donde era habitual ver aparcado a la puerta coches oficiales y de alta gama. O somos tontos y nos la da el más pintado o este es un caso más del desbarajuste en el que estamos instalados .En ambos casos, PREOCUPANTE.
               

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN