Desde el pasado domingo 25, se han hecho todo tipo de valoraciones sobre las Elecciones al Parlamento Europeo, con las variables comunitarias y nacionales. Se han dicho todo lo que se puede oír y lo que no. Cada voz ha sido un mensaje y diera la impresión que por activa o pasiva todos hubieran sido vencedores.
Al analizar los resultados de cualquier proceso electoral, existe siempre una triple tentación, la de que todos han ganado, la de las justificaciones injustificables y la de ignorar lo ocurrido, en una especie de tancredismo político, esconder la cabeza debajo del ala como el avestruz.
Pero sobre todo empeñarse en mirar cual es la distancia que nos separa del adversario sin percibir la que nos aleja de la ciudadanía. En este espacio de opinión y libertad del VIVA, no voy a darles mi visión sobre lo ocurrido en Europa, España y Andalucía sino en nuestra Comarca.
Por tanto no voy a relatarles ni el avance de las formaciones radicales, ni la irrupción de los euroescépticos en el panorama político comunitario que nos da unos inquietantes resultados , tampoco voy a hablarles sobre el silencioso Rajoy, el explosivo Cañete, la Convocatoria del Congreso Extraordinario del PSOE ni el “efecto Susana”.
Creo que toca y corresponde hablar de nuestra zona. Los datos son cifras que pueden parecer, en ocasiones frías, pero que se interpreten como se interpreten son los que son. Y tal vez la primera que haya que manejar y sobre la que han de preguntarse todas las formaciones políticas sea el de participación.
En nuestro Campo de Gibraltar vamos desde el 29,24 % de La Línea hasta el 46,21 de Castellar, lo que lo pongamos como lo pongamos y busquemos todos los argumentos habidos y por haber supone que entre un 54 y un 70 % aproximadamente de la población no quiso saber nada de las instituciones en la que se decide el 72% de las acciones que afectan a su vida. Es como si Europa y nosotros fuéramos realidades distintas.
La segunda de las conclusiones que no ofrece ninguna discusión es que el PSOE ganó, como en los viejos tiempos, en los siete municipios del Campo de Gibraltar, y que el porcentaje de votantes de los socialistas estuvo entre el 59,31% de Castellar y el 26,87% de Algeciras.
Por tanto el PP; que gobierna en España, perdió las elecciones al Parlamento Europeo en el Campo de Gibraltar y al igual que en el panorama nacional irrumpe en el escenario comarcal Podemos y se convierte en la tercera fuerza política por delante de Izquierda Unida.
Se pueden hacer todas las lecturas que se quieran, matizar, maquillar, interpretar, pero los datos son tan benéficos y crueles según a quien les afecte como reales, y aunque no deben compararse procesos de distinta naturaleza, no dejan de ser el síntoma de una cierta tendencia.
Llegados a este punto, el señor Landaluce, alcalde de Algeciras, diputado del PP , Vicepresidente de la Comisión de Exteriores y líder indiscutible de la derecha a nivel comarcal, entiendo que por mucho que quiera disimular con que Cañete ha ganado, que por cierto ha perdido en su tierra adoptiva, Jerez, debe estar con dolores de cabeza.
Imagino que sus compañeros y compañeras de la cúpula de Génova, cuando haya llegado esta semana al Congreso, le habrán preguntado, pero vamos a ver José Ignacio ¿tú no controlabas el Campo de Gibraltar? ¿Aquello no se iba a convertir en una gran gaviota que cubriera los siete municipios y al final tenemos un puño y una rosa? ¿Cómo es posible que hayan ganado estos rojillos? Y usted les dirá, “es que me canso de pediros cosas y no me hacéis caso, y al final la gente nos castiga”.
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