Algunos de lo que peinan canas, seguro que recordaran la película de Berlanga, La Escopeta Nacional de finales de los setenta del siglo pasado, que era todo un ácido retrato de la clase empresarial y política del tardofranquismo, en las que se aprovechaban las cacerías, como escenario para realizar todo tipo de trajines, martingalas y corrupciones.
Hoy, la corrupción sigue siendo uno de los principales problemas de nuestro país que se ve reflejado en los distintos barómetros del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), y que muestra una imagen injusta de nosotros más cerca de una república centroafricana o bananera que de una nación desarrollada de la Unión Europea.
En ese espíritu entre aventurero, improvisador y experto en chanchullos, nuestra especialidad es la chapuza, que se convierte no solo en un pecado casual y ocasional, sino en demasiadas ocasiones una seña de identidad de la marca España, de la que incluso algunos memos presumen como si fuera algo como para sentirse orgulloso.
Son muchos los ejemplos que podríamos poner de optar entre lo malo y lo peor, el escándalo y la indignación, los pícaros y los piratas de lo público ,los granujas y los sinvergüenzas, los aprovechados y los maniobreros, los que solo se mueven bien entre follones y carajales.
Resulta increíble que en apenas cuatro meses, entre el Príncipe Felipe y el Presidente de Gobierno, hayan tenido tres accidentes de avión. En cualquiera de los países del mundo occidental, incluso de países en vía de desarrollo, alguien habría dimitido. El 25 de Noviembre de 2013, el Arbus-310 que debía trasladar al sucesor a la Jefatura del Estado a Brasil sufrió una avería antes de despegar y como resultado, viaje suspendido.
Dos meses después, otro avión oficial que trasladaba al príncipe Felipe de Borbón de Santo Domingo a Tegucigalpa se vio obligado a dar la vuelta a la capital dominicana tras saltar una alarma, obligándole a retrasar su llegada a Honduras. La consecuencia fue, que como hubo que enviar el otro A-310 que posee la Fuerza Aérea, el presidente se quedó sin transporte para poder viajar a Roma a la cumbre hispano-italiana.
Y como no hay dos sin tres, cuatro meses después de la primera incidencia y apenas hace una semana, Mariano Rajoy, tuvo que retrasar su regreso a España varias horas, debido a un fallo técnico que le obligó a regresar a Dublín, donde había asistido al Congreso del Partido Popular Europeo(PPE). En definitiva todo un ejemplo de eficacia y eficiencia ante sus compañeros y compañeras de ideas, entre ellos la señora Merkel.
Otro ejemplo de la más absoluta chapucería, es el caso de la alcaldesa de Bormujos, Ana Hermoso del PP, que el pasado viernes, y admitió ante el juez que un empresario imputado en la trama Gúrtel, le regaló un bolso de Loewe, que no se piense ningún mal intencionado que este obsequio fuera por votar a favor de una moción de censura en el 2005 para desbancar al PSOE, de eso nada de nada. Todas malas intenciones de quienes querían perjudicarla.
Ustedes , queridos lectores del VIVA CAMPO DE GIBRALTAR, seguro que no se lo hubieran imaginado cual era la verdadera razón del presente, pues responde aquello que dice el refrán ,”el corazón tiene razones que la razón no entiende” y es que en aquellos tiempos doña Ana mantenía una relación sentimental “esporádica” por supuesto, con el susodicho empresario Jesús Calvo Soria.
Así que lejos de las mentes malvadas que todo lo contaminan, era ”un regalo amoroso” y no una dádiva a cambio de su apoyo a la operación política. Claro, como el agua, pero en la política, quien la ejerce ha de predicar con el ejemplo, y hay cosas y actuaciones que no son una buena pedagogía.
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