Curioso Empedernido

Si no

Si no queremos vivir peor, hemos de hablar y actuar sin torpes rodeos que solo empeoran las cosas

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Con demasiada frecuencia tenemos la tentación de perdernos en nuestras propias mismidades y  creer que la realidad es siempre la  que vemos o pensamos, sin admitir en muchos casos que existen otras muchas formas de contemplarla y que la llamada objetividad, no deja de ser una entelequia que se mueve entre la fantasía de lo imposible y lo improbable de lo inamovible.

Necesitamos dotarnos de seguridades y nos provoca inquietud tener que movernos entre incertidumbres y pasos falsos, ponernos en cuestión, dudar de las cosas y las situaciones, cambiar nuestros esquemas de siempre, porque pensamos que entonces como podremos vivir.

Sin embargo desde la reflexión y el conocimiento que genera la búsqueda de que en cada momento puede surgir  una sorpresa y en cada esquina descubrir algo distinto, podíamos pensar que una entrevista no es un monólogo, ser joven no es igual que ser viejo, una ventana no es una puerta, y una propuesta no es una solución.

Si no acabamos dándonos cuenta que no todo nos resulta satisfactorio, que la violencia de los medios anula la nobleza de los fines, que el amor y el odio no soportan la indiferencia, que los encuentros son mucho más agradables que las despedidas.

Aprendemos a valorar con alegría que las paces y los sosiegos son infinitamente mejores que las guerras y los conflictos, que las risas nos estimulan más que los llantos, que resultan patéticos quienes llevan décadas haciendo el carajote y chupando del bote.

Vamos asimilando con la mochila de la experiencia y la sabiduría de los años, que es mejor el don de la palabra que el dín del bolsillo aun cuando haya muchos que piensen lo contrario, liberarse de complejos que andar envuelto en problemas sin fin, nadar en un mar de razones que naufragar en un mal de enfados.

Nos colocamos a todo trapo, sin prisa pero sin pausa, pero nos debemos negar a versiones manipuladas de la realidad, poniendo en tela de juicio a quienes quieren aprovecharse de su situación de poder, a la corrupción, la injusticia y la arbitrariedad.

Entre despistes y distracciones, queremos causar buena sensación e intentar corregir. En ocasiones, el desorden que nos acompaña y sabemos que si queremos conseguir algo, siendo prácticos y realistas, hemos de aprender a trabajar en equipo a través de la red en una era digital.

La vida es complicada y difícil y todo no puede salir según nuestros caprichos, entre los ausentes presentes y los presentes ausentes. La realidad en muchas ocasiones no coincide con nuestros sueños, y no podemos incurrir en el error de idiotizar a nuestros niños ni infantilizar a nuestros mayores.

Debemos reaccionar y combatir nuestra tentación sedentarista de colocarnos pasivamente frente al televisor o frente a la pantalla del ordenador, superando cualquier dependencia para ver la realidad con nuestros propios ojos    

Combatir  las trampas y los chanchullos, no darle carta de naturaleza  a las argucias y los engaños, a los privilegios y favoritismos, a las visiones miopes y las tragaderas anchas, a la ley del embudo y las arbitrariedades, a las mafias y las amenazas, construyendo nuevas ilusiones y superando viejos conflictos.

Si no queremos vivir peor, hemos de hablar y actuar sin torpes rodeos que solo empeoran las cosas, sin desaprovechar las oportunidades que se nos presentan en el camino y abriendo nuestra mente a nuevas iniciativas y experiencias.
                         

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