El pasado viernes día 15 en Algeciras, tras un pleno ordinario con un dilatado orden del día ocurrió lo que era previsible. La oposición, haciendo valer el derecho que la ley le otorga, había pedido uno extraordinario sobre el estado de la ciudad, para saber y dar a conocer a los ciudadanos en el ecuador del periodo corporativo como iban las cosas y cuales eran las perspectivas de futuro.
El PSOE, IU y el PA decidieron de común acuerdo hacer un plante democrático con toda la legitimidad de quienes han tenido el respaldo de cerca de 17.000 ciudadanos , protestar por lo que ellos consideraban un acto políticamente desconsiderado, que no ilegal, y dar un plante al gobierno del PP presidido por el señor Landaluce. Eso, le tiene que hacer reflexionar al señor alcalde, porque hay que suponer que es un acto responsable y meditado.
Tras la salida de todos los grupos de la oposición entre algunos vocablos malsonantes y vítores, loas y aplausos al alcalde de una gran parte del público presente en la sala, don José Ignacio hizo un discurso en su segundo año triunfal, en el que no había ningún espacio para la autocrítica y en la que todo había sido magnifico, extraordinario y sublime, lo que provocó de nuevo la aclamación de los fieles presentes.
No se dijo en su plática que las pocas cintas cortadas y algunas por cortar son consecuencia del trabajo del equipo anterior como el Florida o la EDAR, ni que hay 3.190 parados más que cuando usted repartia empleo en campaña electoral. Tampoco se habló del permanente cierre de comercios, que no hay suelo industrial a pesar de lo prometido, ni planes de empleo para jóvenes y que además se nos ha castigado con una subida de impuestos y del agua que hará que la gente se manifieste el próximo día 22 por nuestras calles.
Yo sé que usted en su apertura democrática y humildad personal y política lo comprende, pero le animó la buena fe y el deseo de dar una respuesta rápida a los grupos de la oposición algecireña , y como está tan poco tiempo en Algeciras , con sus tareas de Diputado y Vicepresidente de la Comisión de Exteriores, embajador para arriba y para abajo, pues se dijo a esta gente los voy a “contentar”, quieren discutir sobre el estado de la ciudad, pues en cuanto termine un pleno, comenzamos el otro, que además las sesiones plenarias son buenas para la salud y terapéuticas para los males del ocio , así que como los plátanos, dos mejor que una.
No hubo mala intención, ni estrategia perversa de que la sesión sobre el estado de Algeciras, tuviera la menor proyección mediática posible, nada de eso, y el que lo piense es una mente perversa , pero se imagina don José Ignacio , por un momento, que su líder y maestro en la política del silbar y mirar para otro lado, el señor Rajoy , con lo alérgico que es a comparecer en el Congreso, se le hubiera ocurrido liquidarse el último pleno sobre el estado de la Nación, un viernes a las nueve y media de la noche. Hubiera sido sin ningún género de dudas un escándalo avalado por toda la oposición y la opinión pública o que hiciera cosa parecida el señor Griñan en Andalucía para discutir sobre la situación de nuestra Comunidad.
Así que yo de usted, rectificaría y le plantearía un reto a la oposición. Debatir, al igual que en España y en Andalucía, dos días completos sobre el estado de Algeciras y aprobar una serie de resoluciones políticas que sirvieran de base para un Pacto por la ciudad que obligara a todos los grupos políticos y agentes sociales y económicos. Tendría que redoblar su trabajo en la ciudad lo que le obligaría a dejar el Congreso, Ah y por favor, nada de insultos ni de amenazas, que no son comportamientos democráticos.
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