A Simplicio, natural de Toledo y agricultor de profesión, como a tanta gente, tal vez le esperaba un ocaso vacío que se parecía mucho a su infancia olvidada. En la mitad de su vida, entre aproximaciones y distancias, podía analizar sus sueños y despertares, con luces y sombras, con andares y tropiezos, con demasiadas bocas sin palabras, ojos sin miradas, oídos sin sonidos, luchas sin ideas pero sin volver a sentir lo ya sentido o volver a empezar lo ya acabado.
Aquel primaveral día de 2012 , se levantó con otro ánimo, quizás se había sacudido esa fatiga del alma del anonimato, lejos de frustraciones y desencantos, y estaba dispuesto a ser protagonista de cada minuto, y abrió los periódicos y se encontró con que la señora Cospedal , secretaria general del PP, nos decía que “los españoles tenemos que trabajar más horas”, y él, que pensaba como casi todos nosotros, que debíamos hacerlo mejor, rendir más y ser más competitivos, pero doña Dolores nos quería más horas currando.
Nuestro personaje no entendía en su simplicidad cómo la líder de los populares podía incurrir en tantas contradicciones, cómo era posible que hiciera esos alardes de cinismo político, mientras nos pedía a todos y todas que trabajáramos más tiempo. Ella se dedicaba tijeras en mano a recortar todo lo recortable, no se reunía con los sindicatos, dejaba sin fondos a investigadores, mientras su declaración de bienes estaba bajo sospecha y su sueldo era astronómico y los demás, ¡ole doña Dolores!
Tampoco entendía Simplicio, como la presidenta de Castilla-La Mancha cerraba cuatro centros de la Mujer o suspendía las ayudas a las mujeres maltratadas, en tanto en cuanto que su consejero de Presidencia, Jesús Labrador, había cobrado durante años de tres organismos oficiales y además logra el record de convertir a Telecospedal en el canal autonómico menos visto de España.
Pero lo de la mujer de máxima confianza no se quedaba en medias tintas y defendía a los suyos que son los de siempre, ya que mientras rebajaba el sueldo a 70.000 funcionarios y existía un gran retroceso en la aplicación de la Ley de Dependencia y tiene abierta la vía del copago para la asistencia sanitaria pública, permite que el 40% de los altos cargos de Castilla La Mancha que vive fuera utilice el coche oficial.
Conforme iba conociendo datos de Doña María Dolores, Simplicio, que había votado con su buena voluntad al PP, no salía de su asombro y en su ingenuidad no podía admitir por mucho que intentaran explicárselo que, mientras esta responsable política nos exigía más horas de trabajo, iba reventando el Estado del Bienestar y recortando todo tipo de derechos, ella no predicara con el ejemplo, sino que se comprara una casa valorada en más dos millones y medio de euros o mandara a su hijo a un centro privado bilingüe, mientras reducía esta posibilidad en el sistema educativo público.
Simplicio Corriente, se dijo a sí mismo que la próxima vez se lo pensaría muy mucho antes de depositar su voto en la urna , y lo que si tenía claro es que no lo haría por gente como la señora de Cospedal, que dice una cosa y hace justamente la contraria.
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