Pues nada de eso queridos lectores de este VIVA CAMPO DE GIBRALTAR, sé que es octubre y estamos en otoño y aun no se me ha ido la olla.Si algo debe tener siempre presenta cualquier articulista o escritor es el tiempo y el espacio en el que desea que se desenvuelvan sus historias, sus crónicas y sus personajes, perder de vista estas coordenadas no es solo estar expuesto a que se nos vaya la chaveta sino salir de la ficción para entrar directamente en la locura.
He de confesar en esta columna de los miércoles, que esta opinión no es la manifestación de una ansiedad incontrolada sobre las ganas de que llegue la Feria de Algeciras, sino que es un síntoma más de alguien que como el que estas palabras escribe es curioso por naturaleza. Un algecireño que procura andar todos los días del año, porque le gusta y por prescripción facultativa, y conforme realiza este saludable ejercicio va fijándose en los casos y cosas que afectan a nuestra ciudad.
Sin ir más lejos, el otro día a la altura de “la ruta del colesterol”, o sea en pleno Paseo de la Cornisa, me cruce como casi todas las mañanas con un buen amigo, Carlos Mendoza, uno de esos especiales que siente hasta el tuétano todo lo que pasa en nuestro pueblo. El Carlos, que cuando habla se le entiende todo, por que lo hace claro y con amplificador, va y me dice con esa guasa que tiene nuestra gente, “quillo , Juan, a ver si largas fiesta en el periódico o en la radio, que está Algeciras, que parece un traje de lunares”.
Y cómo el que esta columna suscribe con su nombre y apellidos, sin escudarse en el anonimato ni en ningún seudónimo, no le hace falta ningún ánimo para denunciar la realidad, entendió perfectamente el mensaje de mi amigo Charly y como además no es el primero que me lo dice aquí está esta ventana periodística jugando su papel de servicio público. La traducción de la metáfora de mi amigo no es difícil de averiguar, era una forma poética e incluso folklórica de decir la mucha mierda que acumulan muchas de nuestras aceras debido a los chicles y a las cagadas de perros y gaviotas.
En lo que se refiere a los chicles y las cagadas de los perros está claro que los ciudadanos y ciudadanas podemos poner un poquito más de nuestra parte, haciendo lo que cada vez más llevan a cabo la inmensa mayoría de los algecireños y algecireñas. Si a usted señor o a usted señora les gusta hacer ejercicio con la goma de mascar, no hay problema, cuando estén hasta el alma por no decir hasta otra parte menos noble de masticar, busquen una papelera y lo tiran, pero no en el suelo, que es eso es una guarrería que después pagamos todos y todas.
En cuanto a los dueños de canes, lleven siempre con ustedes cuando saquen al perrito a hacer sus necesidades, la correspondiente bolsita, y a los responsables municipales, sin acritud, no se olviden que Algesa, tiene unas maquinitas que se llaman baldeadoras que echan agua a presión y eliminan manchas de todo tipo, que utilizadas una vez al año no hacen daño, y al que no piense en los demás, aplíquense las ordenanzas.
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