Opiniones de un payaso

Nada de delito

Tenía previsto centrar la colaboración de esta semana en lo que sucede en la arena del ruedo nacional con respecto a la gobernabilidad de este país, pero la actualidad local manda y me ha hecho cambiar de opinión. La noticia que prácticamente acabamos de conocer sobre el archivo y sobreseimiento...

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Tenía previsto centrar la colaboración de esta semana en lo que sucede en la arena del ruedo nacional con respecto a la gobernabilidad de este país, pero la actualidad local manda y me ha hecho cambiar de opinión.
La noticia que prácticamente acabamos de conocer sobre el archivo y sobreseimiento de la causa  a la que dio lugar la denuncia que en enero de 2013 –tirando de las arcas públicas– promovió Jorge Romero –con la ayuda inestimable del PP– contra los tres últimos exregidores socialistas por supuestos delitos contables, societarios y contra la Hacienda Pública, durante su etapa al frente de las empresas municipales, así como contra los miembros de sus diferentes consejos de administración, me obliga a dedicar a este tema al menos unas líneas.
Yo estaba convencido de que el final de la investigación y las diligencias abiertas no podría ser otro distinto del que ha sido. Y lo estaba, estaba convencido, por una razón bien sencilla. La misma que ha movido al juez instructor a adoptar la resolución que ha terminado adoptando y que, según tengo entendido, incluso ha hecho suya la propia fiscalía.
No hubo mala fe ni hubo comportamiento delictivo alguno en la dirección y gestión de dichas empresas. En quien sí hubo mala fe –esto lo digo yo– fue en el actual alcalde de Los Barrios llevando a pleno la iniciativa de emprender acciones penales contra los afectados con el único objetivo de satisfacer su odio y saciar sus ansias de revancha, teniéndosela jurada, como se la tenía y se la tiene, al PSOE.
La mala gestión, si es que la hubo, no constituye acto delictivo por sí misma. La ineptitud tampoco. Pero, si así fuera, el primero en merecer cárcel, y antes de que su segundo mandato concluya, podría ser el propio Romero. Entre otras razones, porque tan importante o más que los actos que los seres humanos llevamos a cabo es la razón que se oculta tras ellos.
No espero que el hoy primer edil barreño pida perdón, aunque debería. Lo que sí espero es que algún día pague por el dolor causado –con la muy valiosa aportación del director de cierto diario de la zona– a personas buenas y honestas de Los Barrios que tal vez pudieron cometer algún error en el ejercicio de sus cargos pero que ni sacaron provecho para sí mismos ni provocaron perjuicio ni daño a nadie. Lástima que de él precisamente, y de su labor de cinco años al frente de la alcaldía de este municipio, no se pueda decir lo mismo.

http://www.jaortega.es

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