Opiniones de un payaso

Do ut des

Lo que les voy a contar a continuación no sé si es completamente cierto. Y, por tanto, como no lo sé, puede considerarse mera especulación. Aunque, eso sí, especulación fundada digna de ser compartida y conocida por quienes tienen interés acerca de lo que sucede en la vida política de Los Barrios.

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Lo que les voy a contar a continuación no sé si es completamente cierto. Y, por tanto, como no lo sé, puede considerarse mera especulación. Aunque, eso sí, especulación fundada digna de ser compartida  y conocida –eso creo– por quienes tienen interés por lo que sucede en el día a día de la vida política de este municipio en el que resido, llamado Los Barrios. Me  han soplado (fuentes bien informadas) que la ausencia de la edil del PP Marisa Correro en el pleno del pasado lunes (14 de diciembre) obedeció a un plan previamente trazado de la actual dirección de los populares barreños y no a ninguna causa imprevista o fortuita.
Me explico. El pasado lunes el grupo popular, que dirige David Gil, tenía, por un lado, la necesidad imperiosa de contentar a su parroquia –un tanto mosca por los afectos públicamente declarados que sus representantes en la Corporación mantienen con el grupo andalucista– rechazando la propuesta del equipo de gobierno de subir el precio para el acceso de los usuarios a las instalaciones de la piscina cubierta. Y, por otro, el compromiso de colaborar para que dicha propuesta de sus amigos del PA, con Romero al frente, prosperase. Algo que solo podía conseguir si el “no” a la mencionada subida obtenía menos de los votos necesarios para imponerse sobre el “sí”. En definitiva, algo que solo podía conseguir montando un camelo que, mira por donde, se podrían haber ahorrado de haber sabido con antelación que el concejal del PIBA, Miguel Domínguez, no iba a asistir a la sesión.
A nadie se le oculta el idilio que une a David Gil con Jorge Romero (y a una parte de los andalucistas de Los Barrios con una parte de los populares de esta localidad). Así que en este contexto es en el que se explica esa supuesta maniobra de la que acabo de hablarles. Un romance que, por cierto, puede acabar en boda si, como ya adelanté desde esta misma tribuna hace unos meses, se confirma la incorporación de la primera autoridad municipal, así como las de Alconchel y algún que otro edil más del PA, en las filas del PP. Lo que en el caso del señor alcalde parece que va a depender más de los jueces que del visto bueno de Sanz y compañía.
A fin de cuentas, de todos es sabido que andalucistas y populares ya fueron socios de gobierno durante el anterior mandato, gracias a un pacto que encendió la chispa del amor entre ambas formaciones. Y de todos es sabido también que para el actual mandato dicho pacto ha sido tácitamente renovado, aunque sin reparto de delegaciones.
Un acuerdo –con mucha más letra pequeña de la que se presupone– en virtud del cual Romero le brinda la Mancomunidad al PP, además de la vicepresidencia de la institución, acompañada de su correspondiente sueldo, al señor Gil, a cambio del apoyo necesario para gobernar el Ayuntamiento barreño a su antojo, siguiendo la máxima “do ut des” (doy para que des).

http://www.jaortega.es

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