Opiniones de un payaso

Más impuestos, más deuda y menos servicios

La Villa de Los Barrios es uno de los tres municipios de la provincia donde más impuestos se pagan. Y no lo digo yo, lo dice la Confederación de Empresarios de Cádiz. Aunque, para un servidor, lo llamativo del asunto no es este hecho en sí mismo. Lo llamativo es que hayan sido precisamente...

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La Villa de Los Barrios es uno de los tres municipios de la provincia donde más impuestos se pagan. Y no lo digo yo, lo dice la Confederación de Empresarios de Cádiz. Aunque, para un servidor, lo llamativo del asunto no es este hecho en sí mismo. Lo llamativo es que hayan sido precisamente los que ponían el grito en el cielo cuando se hablaba de cualquier posible incremento de la fiscalidad, mientras  estaban en la oposición, los que los han subido. Y ello a pesar de que la mayoría de los tributos y tasas de competencia municipal no experimentó aumento alguno durante los últimos veinte años de gobierno del PSOE.
Es verdad que el Ayuntamiento de Los Barrios arrastra una elevada deuda, como muchos otros ayuntamientos de España, pero no es menos cierto que dicha deuda, en lugar de reducirse, se ha elevado notablemente, a la par que se han venido reduciendo los servicios, desde que Jorge Romero es alcalde. Y lo malo, además, es que se ha elevado hasta tal punto que podría llegar a hundir a la institución en un auténtico colapso, cuando se supone que la misión de quien hoy es primer edil era precisamente evitarlo.
La hoja de ruta  del señor Romero está siendo todo un fiasco. Excepto para su bolsillo, por supuesto, y para el bolsillo de los concejales que le acompañan en su equipo de gobierno, que están cobrando de sueldo lo que no ganaron jamás en su vida y, probablemente, ni siquiera soñaron.
Con la complicidad del Partido Popular, el señor Romero y el Partido Andalucista nos venden la moto de que ya han solucionado los problemas económicos y financieros del Consistorio y que van a cumplir con todos los compromisos de pago gracias a la ayuda –inyección de liquidez– procedente del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Pero, ¡ojo!, no se ha de olvidar que con dicha ayuda la deuda de la institución no va a quedar saldada. Simplemente va a ser traspasada a un nuevo y único acreedor –el Estado central– al que se le tendrá que abonar, y con intereses, en los próximos años.

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