Opiniones de un payaso

Derroche de cinismo

El cinismo es un defecto difícilmente disimulable. Pero más aún cuando va unido al de la soberbia, que, por otra parte, es casi siempre. Y de cinismo, en mi opinión, que es adonde voy, anda sobrado el alcalde de Los Barrios, como ya he denunciado, y bien lo saben, infinidad de veces...

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El cinismo –no en el sentido filosófico del término sino el peyorativo– es un defecto difícilmente disimulable. Pero más aún cuando va unido al de la soberbia, que, por otra parte, es casi siempre. Y de cinismo, en mi opinión, que es adonde voy, anda sobrado el alcalde de Los Barrios, como ya he denunciado, y bien lo saben, infinidad de veces. Mas no porque yo lo diga, sino porque lo demuestran los hechos. Obras son amores y no buenas razones. Aunque en el caso que nos ocupa los amores brillen por su ausencia. O, mejor dicho, el único amor que brilla es el del señor Romero hacia sí mismo.
Con ese morro que le echa al asunto cuando de intentar arañar votos se trata, porque prácticamente carece del sentido del ridículo, y aprovechando que estamos en campaña, el primer edil barreño ha vuelto a ir a hacerse una foto con el notario. Esta vez para escenificar ante la opinión pública que se compromete a “luchar por recuperar La Gertrudis”. Sí, han leído correctamente: “luchar por recuperar La Gertrudis”. No creo que haya habido en la historia política de Los Barrios, ni pasada ni reciente, más exhibición de demagogia y desvergüenza por parte de un político, que, además, parece mostrarse dispuesto a hacer cualquier cosa –diría yo que incluso volver a vender su alma al diablo si no la hubiera vendido tiempo ha– por ganar las elecciones.
Viene a decir quién aún es –ya solo en funciones y para unas pocas semanas– primera autoridad del municipio que promete trabajar por devolver al pueblo los terrenos donde iba a instalarse el parque medioambiental y tecnológico que habría posibilitado la creación de cientos de empleos. El mismo parque empresarial, por cierto, cuyo desarrollo impidió años atrás mientras estuvo en la oposición simplemente por hacerle la puñeta al entonces equipo de gobierno del PSOE. Y lo dice el muchacho ante fedatario público, supongo yo que porque, como ya he afirmado en alguna otra ocasión, es consciente de que su palabra vale muy poco. Cuando la realidad, la auténtica realidad, es que, si en su momento hubiera mostrado el mismo afán y la misma firmeza por tratar de impedir la pérdida de dicha finca que ahora parece mostrar por recuperarla, otro gallo habría cantado. Con que, como presidente de Gama, la empresa municipal dueña del suelo, se hubiera personado en el juzgado que embargó y subastó la propiedad y hubiera mostrado una manifiesta voluntad de hacer frente a la deuda con Iglesias Peral, S.L, como parte demandante, y un razonable plan de pagos (la misma voluntad, al menos, que ha mostrado para arreglarse con la sociedad Cortijo Grande Residencial y abonar a esta la nada despreciable cifra de casi 5 millones de euros), tal vez el problema habría podido solucionarse. Sobre todo, teniendo en cuenta que el representante legal de la citada mercantil –de Pedro Castillo, para que se me entienda– era precisamente por entonces el abogado de cabecera de Jorge Romero y su partido. Aunque, claro, una decisión responsable como esa no estaba prevista en una hora de ruta, la suya, que no tenía otro objetivo más prioritario que el de intentar llevarse por delante, y a cualquier precio, a los socialistas que le precedieron en el cargo.
No sé si estarán ustedes de acuerdo conmigo, pero digo yo que, ya puestos, el señor Romero y compañía podrían comprometerse también ante notario a trabajar por recuperar el vertedero, regalado a un privado para su lucro, y el cobro de la tasa de los inertes, por ejemplo.

http://www.jaortega.es

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