Opiniones de un payaso

El horno no está para bollos

Si se le da un repaso a la historia de los movimientos sociales, se observa que suele ser el hecho aparentemente más insignificante e inesperado el que se erige en detonante de la protesta y la rebeldía. Lo cual no quiere decir que sea ese hecho aislado en sí mismo la única explicación...

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Si se le da un repaso a la historia de los movimientos sociales, se observa que, en la mayoría de los casos, suele ser el hecho aparentemente más insignificante e inesperado el que se erige en detonante de la protesta y la rebeldía cívicas. Lo cual no quiere decir que sea ese hecho aislado en sí mismo la única explicación, ni muchísimo menos, del descontento que da lugar a la actitud contestataria y la revuelta de los ciudadanos.
Es algo parecido a esto lo que ha pasado y está pasando en ese barrio burgalés de Gamonal cuyos vecinos están siendo protagonistas de la actualidad informativa. Ni que decir tiene, claro, que con la ayuda que prestan a cualquier clase de movilización las facilidades que ofrecen para la difusión y propagación de meras consignas, mensajes elaborados o ideas más o menos sustanciadas los medios de comunicación y las denominadas redes sociales con el revulsivo que en nuestras vidas están suponiendo. Y con la ayuda que la crisis –no sólo económica– en la que nos hallamos inmersos ha prestado para la concienciación y sensibilización de la gente, como hasta ahora nunca se había visto, ante los problemas relacionados con la gestión de lo público que nos aquejan.
Hace tres o cuatro años la realización de una obra urbanística en el centro de una ciudad no habría desencadenado la que se ha desencadenado en Burgos por la construcción de un bulevar. Habría sido impensable. Todo lo contrario, es incluso probable que se hubiera mirado hasta con buenos ojos. Y, sin embargo, ya ven, hoy día ha puesto en pie de guerra al pacífico y humilde vecindario de una capital de provincia de la España profunda que no creo fuera muy propenso a lo revolucionario de por sí.
¿Qué es lo que está ocurriendo? Parece que está bastante claro. Lo de Gamonal pone de manifiesto, entre otros, dos detalles importantes, útiles para hacer un diagnóstico, no científico pero sí de andar por casa, en cuanto al momento que vivimos. El primero es que quienes nos gobiernan, muchas veces, la mayoría de las veces, no digo que siempre, se dejan llevar por una acentuada y sospechosa tendencia a hacerlo de espaldas cuando no en contra de la ciudadanía. Y el segundo, que el personal está ya hasta la coronilla, es decir, harto, y bien  harto, de comprobar cómo hay unos pocos espabilados que en los últimos años en este país se han puesto y se siguen poniendo las botas mientras el resto anda medio descalzo y lo pasa canutas.
Sólo en este contexto se puede entender que la remodelación de una calle y su conversión en avenida pueda encender y encrespar los ánimos de un barrio entero. Aunque lo que no se entiende, se mire por donde se mire, es que el equipo de gobierno de un Ayuntamiento se empeñe en llevar adelante un  proyecto urbanístico que no es necesario y con el que la población no está en nada de acuerdo. A menos, por supuesto, que haya de por medio algún que otro interés espurio, lo que no me extrañaría en absoluto.
Durante el período en que la situación fue boyante a nadie se le hubiera ocurrido levantarse por una minucia de este tipo. Y, desde el punto de vista humano, es comprensible. Pero en los tiempos que corren la cosa es diferente. El horno no está para bollos.

http://www.jaortega.es

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