Opiniones de un payaso

La nueva declaración sobre Gibraltar

Esta semana hemos sabido que España y Reino Unido han consensuado una declaración sobre Gibraltar que será presentada ante la próxima asamblea general de la ONU. Dicha declaración fue adoptada el pasado 28 de octubre y, según nos cuentan, incluye mejoras para los intereses españoles...

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Esta semana hemos sabido que España y Reino Unido han consensuado una declaración sobre Gibraltar que será presentada ante la próxima asamblea general de Naciones Unidas. Dicha declaración fue adoptada el pasado 28 de octubre y, según nos cuentan desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, incluye mejoras para los intereses españoles con respecto a textos pactados anteriormente con las autoridades británicas. Cosa ésta de la que –me lo van a permitir– dudo mucho que sea del todo cierta. Y dudo mucho que sea cierta no porque lo diga el gobierno llanito o el Foreign Office, que no es que tengan ni más ni menos credibilidad que el gobierno de nuestro país, sino porque lo dicho por éste –por el Ejecutivo de Rajoy– es en sí poco creíble. En realidad, y después de las conversaciones mantenidas entre Londres y Madrid sobre el Peñón y las tensiones vividas  durante los últimos meses, nada nuevo hay bajo el sol. Aunque sí se ha de reconocer que los ánimos a uno y otro lado de la frontera de La Línea se han calmado y el asunto ya no copa portadas.
Lo que se ha pactado es prácticamente lo mismo que se pacta cada año y, sin embargo, nos quieren vender la moto de que nuestra diplomacia le ha conseguido sacar algún tipo de concesión a la diplomacia de la otra parte contendiente. Como si no supiéramos todos de la astucia con la que en materia de relaciones internacionales se manejan los ingleses. Cuando lo cierto es que el nuevo texto, un copia y pega de otros textos precedentes, incluye las mismas referencias a los acuerdos de Bruselas, a las resoluciones de la ONU y al Derecho Internacional, como no podía ser de otra manera.
Así que, después de un verano de duros desencuentros, nuestros representantes y los representantes del Reino Unido vuelven a llegar a la conclusión ya conocida de que para solucionar los problemas no queda otra vía que la del diálogo. Es decir la vía de sentarse y negociar dentro de un proceso en el que estén representados todos los actores en conflicto y las poblaciones afectadas. ¡Bienvenidos al club! Con ese espíritu precisamente se creó en su día el Foro Tripartito que tanto argumento para la crítica y para la mofa dio, por cierto, especialmente en un amplio sector del PP, dentro y fuera de esta comarca.
Sentarse y negociar, por supuesto, contando con lo que diga la tercera parte protagonista de este litigo, es decir, con la opinión del pueblo gibraltareño, que, guste más o guste menos, debe tener vela en este entierro, es decir, voz y voto, y con la opinión –cómo no– de los campogibraltareños.
Pues convendrán conmigo que no se puede decidir sobre el presente y el futuro de miles de personas sin contar con lo que piensan al respecto. Y al pronunciarme en estos términos no hago otra cosa que reiterar algo que ya he dicho otras muchas veces cuando he opinado sobre este tema.
Como oí en boca de alguien una vez, ¿en los albores de este siglo XXI qué más da la bandera que ondee a uno y otro lado de la verja? Lo verdaderamente importante es que se sienten las bases para una buena y duradera convivencia. Y más aún cuando se supone que en este Viejo Continente que habitamos estamos todos, o casi todos, por la labor de seguir construyendo la Unión Europea.

http://www.jaortega.es

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