Mayo es un mes especial. Días largos, lúcidos. Un mes festero, ferias y motos, a lomos hacia junio y al esperado inicio del verano, pero mientras eso llega el que corre será clave. Mes de cruces, de días tachados sobre un calendario que acumula fechas muy esperadas.
Avales. El mayor cruce que está produciendo estos días es el que protagonizan Susana Díaz y Pedro Sánchez, que este jueves vivió momento álgido con la presentación de los avales que cada uno tiene y, con ello, los supuestos apoyos. Los 63.610 aportados por la candidatura de la presidente Díaz suponen una relativa sorpresa por cuanto aún siendo una cifra elevada corresponde a la de una candidata apoyada por el aparato, que cuenta además con el respaldo mayoritario de la federación más importante y numerosa como es la andaluza -de ahí, 26.551 firmas-. Pero resulta evidente que los 57.369 presentados por Pedro Sánchez no eran esperados y, por ello, cayeron como un jarro de agua fría en las filas del susanismo; son demasiados para un candidato que no cuenta con más apoyos que el de la militancia y viene a refrendar lo que muchos ya temen y es que el resultado final estará apretado. Para nada un paseo triunfal.
De hecho, cada día la preocupación aumenta. Pese a que muchos indiquen la seguridad de que Susana ganará, nadie lo hace ya con certeza absoluta y comienza a temerse un escenario en el que Sánchez gane por cuanto representa un modelo de partido distinto al oficial, menos centrado, más tumbado a la izquierda y propenso a llegar acuerdos con Podemos. Además, el derrumbe del socialismo andaluz podría ser brutal porque a nadie escapa que si Susana Díaz perdiera en este proceso su posición quedaría muy entre hilos. La historia relata cómo los perdedores de estos procesos no encuentran acomodo posible en el futuro del partido.
El jueves Sánchez estuvo en Jerez arropado por no más de 800 personas, la mayoría simpatizantes y no militantes y muchos de Jerez, pero también llegaron autobuses de Cádiz, Chiclana, Campo de Gibraltar, San Fernando y El Puerto. La euforia general de los presentes se dejó notar porque entendido es que el que ha prestado aval a Sánchez le votará cuando el momento llegue, pero no está tan claro que la candidatura de Díaz mantenga las mismas cifras. Si hay avales repetidos, que los habrá, pierden ambas candidaturas y, llegados a este punto, esencial puede ser el apoyo final que presente el sector de Patxi López. Este mismo viernes hubo encuentro entre ambos sectores en Alcalá para hablar de todo esto y la sensación actual es que si se produce una fusión será entre el grupo de Sánchez y el de López, lo cual, vistas las cifras, podría ser definitivo de cara al desenlace final. En todo caso, y visto lo visto, la sensación general también es que gane quien gane, el PSOE pierde porque de lo que quede habrá que construir y la tarea no parece ni fácil ni, mucho menos, rápida. El ejemplo de Francia a todos escuece.
Día de la prensa. El pasado martes 3 se cruzó en el calendario el día de la libertad de prensa, esa misma que vive atenazada por los cambios de modelos, la irrupción de las redes sociales y la selva comunicativa que eso representanta y el declive del mercado publicitario que no hace más que ahondar más el hoyo en el que medios de comunicación, en general, están. Ser jueces de una información veraz es esencial en este momento del todo vale, donde cada cual es libre de decir cuánta barbaridad quiera y encontrar eco suficiente para hacerla llegar al infinito y más allá. También es esencial de cara a fiscalizar la estética y, como ejemplo, la poco presentable carta que esta semana le envió el presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, a quien el sector de Sánchez ha dado una paliza en Asturias, a Pablo Iglesias repleta de erratas y faltas de ortografía y que el líder de Podemos no ha tardado en filtrar a la prensa. Esa prensa libre que celebró día sin pena ni gloria.
Presupuestos. Si sorprendente fue el acuerdo para tener el voto de la única diputada de Coalición Canarias, nada menos que 1.300 millones de euros en inversiones para las islas, más lo ha sido el cerrado con el PNV. Los presupuestos han pasado a ser más de Urkullu que Generales del Estado; reconocimiento y devolución de 1.400 millones de euros cobrados de más por el Estado al Gobierno Vasco, hasta ahora no reconocidos, rebaja del cupo vasco en los próximos quince años, a la razón de 500 millones de euros al año menos que aportarán a las arcas del Estado, inversiones de 3.380 millones de euros para llevar el tren de alta velocidad a las tres capitales vascas, con tres estaciones nuevas, plataformas logísticas de Lezo (Guipúzcoa) -100 millones de euros-, y la intermodal de Jundi (Álava) -120 millones de euros-, rebaja del recibo de la luz para las empresas vascas -50 millones de euros al año que pagará el Estado-, y multitud de actuaciones millonarias repartidas por todo el territorio vasco. Un acuerdo que los nacionalistas han explicado orgullosos, sonrientes, en rueda de prensa y en multitud de entrevistas en todos los medios de comunicación, contrastando con un PP callado y que no quiere hacer público la literalidad de lo acordado con los representantes vascos. Con esta actuación se demuestran dos cosas: que las mayorías simples salen caras y que todos los españoles no son iguales en los presupuestos cuando la necesidad parlamentaria aprieta.
Cientos de millones de euros para plataformas logísticas en Guipúzcoa y Álava para potenciar los puertos y aeropuertos de Euskadi, pero nada se sabe en estos mismos presupuestos de la cacareada Plataforma Logística del Sur que promovía el PP desde la Diputación de Cádiz, con la Zona Franca y los ayuntamientos de Cádiz, Jerez y Algeciras. ¿Qué fue de aquello? A penas 20 millones de euros para la conexión ferroviaria del Puerto de Algeciras con el tren, hasta Bobadilla, pero como decía no hace mucho Antonio Sanz sobre que "lo importante es comenzar las obras y no el presupuesto", podían haberle aplicado lo mismo al PNV cuando negociaban en La Moncloa. Tampoco se impulsan las conexiones del tren con Granada, que lleva dos años aislada, ni de Almería. Desde Andalucía se sigue viendo el partido como siempre, desde lejos, sin participar, con 61 diputados en el congreso, de los cuales 23 del PP y 7 de Ciudadanos pulsarán el botón verde, un verde de tono vasco que no andaluz cuando el BOE publique unas cuentas que reducen la inversión del Estado en nada menos que el 34 por ciento en esta nuestra bendita tierra del sur.
Tierra que en mayo brilla con el esplendor estético de sus ferias. La de abril, la del caballo y tantas otras que señalan el carácter de un pueblo que sobre tablao sabe cruzarse como nadie. Qué cruz.
Bomarzo
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