La Sierra de Cádiz se convierte en destino de peregrinación para cientos de personas, por no apuntar a miles, con el reclamo de la nieve. Las temperaturas algo más elevadas del viernes y los rayos de sol propiciaron la desaparición del manto blanco que cubrió como hecho extraordinario municipios como Algar, Algodonales, Prado del Rey o Bornos. La nieve se quedó a las puertas de Villamartín y de Arcos, donde, no obstante, lugares como la Cuesta de la Escalera, y sobre todo la barriada rural de Las Abiertas, fueron acariciados por los copos.
Las carreteras de la red provincial que tuvieron que ser cortadas el jueves fueron recuperando la normalidad y ya el mismo viernes se pudieron abrir al tráfico cuatro de las cinco vías afectadas. Así, el intenso trabajo que están realizando las Brigadas de Peones Camineros de la Diputación de Cádiz han permitido que vuelva la circulación a la CA-9123 de acceso a Grazalema por Gaidóvar; la CA-9107, conocida como la carretera de Lora, que comunica Alcalá del Valle con la autonómica A-384; la CA-9122 de Puerto del Monte y que comunica con Setenil; y la CA-9120 que enlaza Setenil y Torre Alháquime.
Circular por las carreteras de Olvera y Setenil de las Bodegas el pasado jueves fue muy complicado, mientras que varios centros educativos interrumpieron sus clases porque sus profesores desplazados de otras localidades no llegaron a tiempo o no pudieron hacerlo, aunque en estas últimas localidades también se restauró la normalidad el viernes.
Grazalema fue la localidad donde el viario se vio más condicionado por el mal tiempo. La diputada provincial del Área de Desarrollo, Encarnación Niño, supervisó el viernes las labores que están llevando a cabo los técnicos y comprobando in situ el estado de las carreteras de la red provincial. La diputada mostró su agradecimiento al personal de las Brigadas desplazado a las poblaciones de la Sierra por la celeridad y eficiencia con que han desarrollado un trabajo fundamental para la seguridad de la ciudadanía. El parque de maquinaria que Diputación dispone en Arcos, así como en diferentes almacenes, se aprovisionó de sacos de sal que se han esparcido en las vías más afectadas, con el propósito de evitar la formación de hielo sobre el firme.
Pero hay otra perspectiva de la nevada y, claro está, se encuentra en la cantidad de personas que este fin de semana visita las localidades donde aún queda nieve, sobre todo Grazalema y sus alrededores. En este sentido, nada más divisarse la silueta serrana, se puede apreciar cómo sus cumbres más altas conservan una buena cantidad.
En el día de ayer se llegaron a producir retenciones kilométricas entre Benamahoma y Grazalema a causa de la masiva afluencia de público que acudió ayer a la Sierra de Grazalema a disfrutar del paisaje nevado, ya sólo presente en las cotas más altas de la zona.
Según las previsiones meteorológicas, las temperaturas van descendiendo y ello anulará la anecdótica, y al tiempo, histórica nevada de la Sierra de Cádiz del invierno de este 2017. En algunas de las citadas localidades, caso de Bornos y Arcos, no nevaba desde el año 1954, aunque en la segunda sólo afectó a sus barriadas rurales más altas. La excepcionalidad de la nevada está siendo motivo de la circulación de miles de fotografías y videos en las redes sociales y de la curiosidad de medios de comunicación generalistas que se han hecho eco de este hecho extraordinario en la Sierra de Cádiz.
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