“Ayuda. Emuvijesa nos echa”. “Pisos vacíos y nosotros en la calle”. Estos mensajes en dos pancartas decoran desde anoche la zona de ‘acampadas’ de la calle Consistorio, frente al Ayuntamiento, que suele ser escenario de conflictos laborales y sociales. En esta ocasión, son dos vecinos de residencial Calipso, un conjunto de más de 200 VPO de la zona sur de Emuvijesa, Benito Fernández y José Manuel García, los que anoche montaron su tienda de campaña para protestar contra el inminente desalojo de las viviendas que ocupan desde hace meses. Fernández y su novia se metieron en una de las casas vacías que hay en esta urbanización el pasado verano “porque no teníamos adonde ir y cuando preguntamos a Emuvijesa no nos ayudaron. Estábamos desesperados”, relata el joven.
Fue entonces cuando, según afirma, desde la Empresa Municipal de Vivienda le prometieron una solución que a día de hoy no ha llegado. “Estoy empadronado en la vivienda, la luz la estamos pagando, estamos dispuestos a pagar un alquiler social porque a 270 euros como se están pagando me parece un precio razonable, porque no trabajamos ninguno de los dos pero hasta marzo tengo paro”. Y es que se da la circunstancia que desde hace un tiempo el Ayuntamiento ha puesto a disposición de los inquilinos alquileres sociales para las casas que están vacías.
“Hay pisos vacíos”
No obstante, al ocupar el inmueble, desde Emuvijesa se cursó una denuncia por usurpación de la vivienda que ya ha tenido consecuencias, y esta semana en el juicio a Benito y a su pareja el juez les da de plazo de 15 a 30 días desde que reciban la sentencia, que les llegará en cuestión de días, para que abandonen el inmueble.
“Todavía peor” como señala, está su vecino Jose Manuel, con hijos a su cargo, y que tiene 15 días para dejar la casa. Según sus estimaciones, ahora mismo en la urbanización hay diez casas ‘ocupadas” y otros 20 pisos que “llevan años vacíos” y “nunca he dado problema”. Por ello, están dispuestos a acampar de forma indefinida hasta que en el Ayuntamiento no les den una solución. “Me pienso quedar todas las noches”, avisa.
Los propietarios, desesperados
En esta urbanización de 208 viviendas, son propietarios poco más de 80. Su lectura de la protesta es radicalmente distinta, cansados de la conflictividad y los problemas que vive la urbanización. “Que no vayan de víctimas que aquí a todos nos cuesta trabajo pagar nuestra casa”, señalan.
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