“¿Y quién es es él?”, era la pregunta que muchos jerezanos se hacían a primera hora de la mañana de ayer cuando se supo que uno de los dos boletos agraciados con el primer premio del sorteo del Euromillones se había validado en la ciudad. A esa hora, alguien debía tener en su cartera el pasaporte a una vida nueva, un papel canjeable por 16,2 millones de euros.
Él ni siquiera se había hecho todavía esa pregunta. Se levantó como cualquier otro día, en su modesta vivienda de la barriada de La Constancia, y puso rumbo a su puesto de trabajo en las dependencias del SEPE del Parque de Capuchinos.
Apenas unos metros que pueden recorrerse a pie y en cuyo itinerario -en el edificio Huelva- se encuentra desde hace poco más de un año la administración de loterías número 16, que a esa hora permanece todavía cerrada pero cuyas propietarias ya tienen conocimiento de que han sido ellas quienes han validado el boleto millonario.
Fernando empieza a atender a una procesión de desempleados que demanda prestaciones. La cola no acaba, como casi siempre. Hace un paréntesis para desayunar y pone rumbo al establecimiento de un amigo con el que comenta las incidencias de la jornada. A falta de lluvia -ayer hacía frío pero el día era por lo demás bastante agradable- terció en la conversación el premio millonario.
Fernando hace lo que cualquiera, tratar de comprobar si el afortunado es él mismo. Empieza a comprobar los números (33, 47, 15, 41 y 44) y sí, son los suyos. ¿Y las estrellas? Pues sí, también son las suyas (10 y 8).
Un hombre nuevo
Es Fernando Fernández-Gao Estudillo, funcionario de 59 años de edad. Vecino de La Constancia. Su vida acaba de cambiar de modo rotundo e inesperado. Tanto que no da crédito a lo que empieza a moverse a su alrededor.
Minutos después del trance -y aún sin recuperarse- regresa a su puesto de trabajo. La media hora de desayuno se ha alargado, pero ya no es necesario argumentar excusa alguna. A los 59 años acaba de jubilarse por la vía rápida, sin negociación previa. Ha finiquitado su vida laboral. En el Parque de Capuchinos queda su puesto y una cola de parados que tramita prestaciones. Fernando no va a iniciar ya ningún expediente.
Regresa al barrio y se reencuentra con sus amigos, con quienes comparte unas primeras copas de jerez. Caen los olorosos y los finos, los abrazos y las fotografías. Tras estas primeras copas, se marcha a almorzar a un restaurante. Salió de su casa como funcionario de Empleo y encontró trabajo fijo como el hombre del euromillón.
El mayor premio, en tiempo récord
La administración de loterías número 16 se encuentra en la calle Isabelita Ruiz, en el edificio Huelva, y abrió sus puertas hace poco más de un año, curiosamente de la mano de dos afectadas por el ERE municipal, Clara y Mercedes Fustegueras.
Un boleto de cuatro euros y de máquina
La combinación agraciada fue realizada por la propia máquina expendedora de la administración de loterías número 16, que ha sido la que ha dado la suerte a Fernando. Se trataba de un boleto de dos apuestas, cuyo precio es de cuatro euros.
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