No hay día que pase sin que la familia y los amigos de Miriam Tamayo la recuerden. Su expareja Germán J. G. se la arrebató de sus vidas hace ahora año y medio, en la que debería haber sido una jornada de celebración para la joven tras culminar sus estudios en la Escuela de Hotelería y dirigirse a la comida de fin de curso. Tenía sólo 21 años. No pudo llegar. Desde entonces, se han sucedido los homenajes en su memoria: una canción, concentraciones en el 25-M, un altar donde ocurrieron los hechos en el tramo final de la avenida Lebrija al que nunca le faltan flores, numerosos mensajes de cariño en las redes sociales...El último se celebró ayer por la tarde en un momento especialmente delicado para sus padres, pues el lunes comienza el juicio por el crimen de su hija. Una vez más fueron arropados por vecinos, amigos y el Ayuntamiento para descubrir la placa que ya da nombre a la plaza donde la joven se crió con su familia y vivió los primeros meses de vida de su hijo hasta que su exnovio y padre del pequeño se la arrebató.
“Miriam casi no necesita una plaza porque la recordamos todos”, apuntó la alcaldesa, quien pese a todo cree que este gesto es una muestra de cariño a esta vecina de Jerez que era necesario. Su madre, muy emocionada, no dejó de agradecer a los amigos de la joven por “no olvidarse de ella” y apoyar a una familia que hubiera dado lo que fuera por no estar ayer allí. “Ojalá no hubiéramos tenido que hacer este acto, porque significaría que mi niña está con nosotros”, indicó María, la madre de Miriam.
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