La pregunta tiene una complicada respuesta. ¿Por qué ahora se filtran los documentos, que datan del pasado mes de enero, del pago por dación para el cambio de la titularidad de las acciones? ¿Qué objetivo se persigue? ¿Por qué cuando saltó la noticia se negaba y ahora se afirma? ¿A qué se está jugando con unas acciones que no valen absolutamente nada y que lo único que pueden hacer es perjudicar a los que las ostente ya que al asumir las acciones se hacen cargo de una deuda millonaria? Francisco Gallardo es un prestigioso letrado que sabe perfectamente en el follón que puede meterse sin asume alguna responsabilidad en la SAD. No quiere hacer declaraciones, al menos a este medio, y parece que lo que da es un aviso a navegantes. El mismo aviso que se dio cuando, de por medio, se cruzaron afirmaciones de una reunión de él con Juan Carlos Corchado y Juan Carlos González que levantó una polvareda lógica porque ya entonces se conocía que las acciones estaban en poder de Gallardo, aunque no se han registrado en parte alguna, y que de por medio se intuía podría estar el tema de la liquidación de la sociedad. Una liquidación que, en estos momentos, es posible, o no, dependiendo de la sentencia de la jueza de lo mercantil en torno a la incidencia concursal presentada por la Liga de Fútbol Profesional, cuyo presidente es Tebas, el imputado precisamente por parte del Xerez Club Deportivo. ¿Puede haber incluso intereses de terceros en este follón de las acciones cuyo trasvase presunto data de hace cerca de un año?
Son muchas cuestiones que tienen una complicada, por no decir imposible, respuesta. Todo dependerá de lo que los actores principales hagan o terminen de hacer con el tema accionarial y con el propio Xerez Club Deportivo que, a pesar de sus 67 años, es menor de edad en esas cuestiones y que vuelve a ser apaleado por intereses espúreos de los que llegaron diciendo que iban a hacer una ampliación de capital y que iban a salvar a la sociedad. Del dicho al hecho..., el equipo hundido en la Andaluza, sobreviviendo gracias al tesón de unos aficionados que mantienen ahí su sentimiento, y con peleas internas que a nada bueno pueden conducir. La respuesta la tienen ellos.
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