Bouhanni se abanica en Albacete

Hubo viento al final de la octava etapa entre Baeza y Albacete, como siempre

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  • LA VUELTA -

Nacer Bouhanni, el "púgil" francés, resistió a los abanicos de las llanuras albaceteñas y salió airoso del pulso con el alemán Degenkolb, a quien empató a dos victorias en una jornada temida por el viento, que no se llevó el maillot rojo de líder de la Vuelta a España de las espaldas de Alejandro Valverde.

Hubo viento al final de la octava etapa entre Baeza y Albacete, como siempre. Y abanicos. Y sustos, con el que se llevó Quintana al verse descolgado. Pero la victoria se discutió al esprín. Y por velocidad brilló Bouhanni, que se la tenía jurada a Degenkolb desde Ronda porque le quitó la cartera con argucias, según protestó.

Y no se produjeron efectos colaterales para los favoritos en las inmensas llanuras que llevan a Albacete. El viento no se llevó a nadie, ni al más ligero, Nairo Quintana, el único que vio las orejas al lobo.

El ultraligero de Boyacá, llegó a quedarse rezagado. Finalmente el ganador del Giro entró con Valverde, Contador, Froome y "Purito" Rodríguez, que se van a la montaña de Valdelinares sin cambios, en un pañuelo de 45 segundos.

La etapa más larga de la Vuelta (207 kilómetros) salió de Baeza con dos palabras en los corrillos de los ciclistas: "viento" y abanicos". La historia habla de muchos ilustres que han perdido la Vuelta por culpa de Eolo, que siempre sopla por la zona.

Estaban avisados desde la salida en la joya andaluza Patrimonio de la Humanidad, donde el Capitán Alatriste sacó la espada para el cine. Pero como el viaje era largo, las armas estaban bien guardadas. El pelotón disfrutó de los paisajes que cantaba Machado mientras el español Aramendía (Caja Rural) y el italiano Favilli (Lampre) abrían paso.

Cambió el paisaje. Los mares de olivos quedaron atrás y llegó La Mancha con otro decorado. Llanuras interminables y perfil descendente. Solo faltaba un poco de viento de costado para que se liara parda. La fuga claudicó a 40 de meta y en ese punto empezó el baile camino de Albacete, la ciudad "del llano", según su definición árabe original.

Tenían base los comentarios de la salida. Se cambiaron las espadas de Alatriste por las navajas albaceteñas. Los equipos de los favoritos salieron a escena, en una machacona labor de desgaste, a un ritmo frenético, casi por turnos. Se trataba de que algún ilustre quedara en fuera de juego.

El Sky de Froome tiró a saco hasta romper el pelotón en tres partes, luego el Tinkoff de Contador, pero fue la maniobra del BMC de Samuel Sánchez quien dejó en evidencia a Nairo Quintana, atrapado en un segundo grupo.

Ocasión para hurgara en la herida de uno de los grandes favoritos, pero el colombiano volvió a conectar con sus enemigos de la general a 5 de meta. De nuevo engordó un grupo que ya tenía la presencia de los esprinters. Ya era otra etapa, nuevos protagonistas.

Final trepidante, a alta velocidad, desatado. El Omega trató de poner el tren para el remate de Boonen, inédito desde hace tiempo, pero fue Bouhanni quien atacó de lejos, a 300 metros de la pancarta, para imponerse a Matthews, Sagan y Degenkolb.

Bouhanni, boxeador en su tiempo libre, volvió a soltar un buen derechazo. El ciclista de Epinel, de 24 años, ya suma 11 victorias en 2014. Fue el rey del sol en Ronda y el rey del viento en Albacete. Su combate con Degenkolb será otro aliciente de la Vuelta.

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