La nueva caída de precios del mercado inmobiliario en Jerez ha recuperado pero en una versión renovada la compra de viviendas para invertir de la mano de distintos perfiles que comparten el mismo objetivo: buscar casas muy baratas a modo de gangas para adquirirlas y sacarles la máxima rentabilidad posible en el alquiler. Según explica Francisco Escot, gerente de Mistercasa y miembro fundador del Grupo Inmobiliario Jerez, que además está integrado en GICA (Asociación de Gestores Inmobiliarios de la Provincia), en la práctica los que más predominan son los inversores particulares locales con ahorros que en vez de meter su dinero en el banco o en la bolsa adquieren una vivienda para alquilarla. Lo hacen por precios siempre por debajo de los del mercado aprovechando la coyuntura actual y sin prisa pero sin pausas, conscientes de que se trata de una oportunidad que no pueden dejar pasar si tienen el montante pensando que el precio del piso por el que han apostado no va a bajar más.
Detrás de este tipo de inversor están, por tanto, los pequeños profesionales o simplemente clientes con ahorros que creen que es el momento idóneo de comprar para sacar partido a esta operación. Son los denominados “inversores pacientes”, porque siempre van a la caza y captura de la “superganga” y no dan el paso hasta que no lo vean claro, nada que ver con una tendencia que en su momento se convirtió en uno de los “grandes problemas de la crisis” después de que cualquier persona “se metiera a inversor” y compraran hasta dos y tres casas con idea de venderlas. El pequeño inversor de ahora, por contra, las adquiere casi siempre para alquilarlas, bien a un particular o a un banco, tras pagar una media de entre 20.000 y 40.000 euros. En ese mismo paquete está otro tipo de inversor que lo hace pensando en el futuro de sus hijos u otros familiares aprovechando los precios tan económicos.
El perfil que más se da
En la mayoría de los casos, tienen entre 40 y 60 años, su hipoteca ya pagada, y ven una oportunidad de negocio en esta práctica, si bien se da el caso de aquellos que apuestan por esta tendencia aún tratándose de su primera vivienda, mientras viven con su pareja en otro piso y se deciden por esta opción para invertir. Es el caso de María, de 34 años, que quiere sacar partida a sus ahorros aprovechando también que hasta los 35 años se paga el 3,5% del Impuesto de Transmisión Patrimonial (ITP), que a partir de ese tramo de edad se eleva al 8%. “Además de que sea muy barato, priorizo también la zona, y que tenga ascensor por si en un futuro decido irme allí a vivir”, explica.
Además de este pequeño inversor, está la figura del profesional que lo hace a mayor escala y adquiere hasta dos o tres viviendas y el del extranjero residente en la zona con más volumen de ingresos que se gasta más de 150.000 euros en viviendas también con vistas a alquilarlas pero no sólo para sacarle rentabilidad sino pensando también en el futuro. Como anécdota, como expone Escot, se da el caso incluso de viviendas que se compran estando en ese momento alquiladas, sin que esto afecte al inquilino siempre y cuando se respeten las condiciones del contrato. Lo mismo ocurre con locales explotados para la actividad de restauración u de otro tipo, en el cual suele primar la discreción para evitar generar falsas alarmas entre los clientes.
¿Qué otras prácticas ha traído la crisis en lo que ha vivienda se refiere?Pues en Mistercasa también conocen más de un caso de padres que han optado por irse de alquiler a un piso más confortable al tener problemas de barreras arquitectónicas en el suyo y regalar en vida su inmueble a su/s hijos más jóvenes y con problemas para afrontar una hipoteca.
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