Playas para vivir experiencias únicas

La provincia reúne 138 kilómetros de playas: calas, ensenadas, arenales de varios kilómetros, playas familiares, playas íntimas, el campo que se convierte en playa. Costas de aguas tranquilas y transparentes, con y sin olas

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  • Playas. -

La provincia reúne 138 kilómetros de playas: calas, ensenadas, arenales de varios kilómetros, playas familiares, playas íntimas, el campo que se convierte en playa.  Costas de aguas tranquilas y transparentes, con y sin olas.

Las hay abiertas y a merced del viento y también al resguardo de la brisa, cerca de la ciudad o detrás de un cortado, 83 playas distintas.

Llaman la atención los acantilados de Los Caños de Meca (Barbate) y de muchas calas de Conil: unas recoletas y en estado virgen (las calas de Poniente) y otras bordeadas por cortados de tierra rojiza (las calas del Quinto y Camacho).

Y es que en Cádiz es muy frecuente que el mar se encuentre con la montaña, con paisajes de pinares, bosques y marismas. La playa de la Jara (Sanlúcar), Punta Candor o La Almadraba (Rota) y la playa del Castillo de San Fernando, son playas muy naturales, pero cada una a su manera: si en una destacan los macizos rocosos, en otras  sólo se puede acceder a nado o a pie.

La playa de Bonanza de Sanlúcar de Barrameda, por ejemplo, está en la desembocadura del Guadalquivir, donde se encuentran las salinas y marismas del Entorno de Doñana. En verano es posible disfrutar de los atardeceres salineros con la empresa Compuertas que muestra las salinas de Proasal en su máximo esplendor.

Playas llenas de historia y ficción

Otras playas para recrear la mirada son las de la Hierbabuena, que presenta una panorámica estupenda del parque natural de la Breña y las Marismas de Barbate y la  de Zahora con unas preciosas vistas del Cabo Trafalgar, allí donde se libró la batalla que hoy da nombre a la céntrica Trafalgar Square de Londres y que recuerda la muerte de Nelson.

En Barbate, hay que pasarse por el puerto y embarcarse en el Francisco Varo para realizar la ruta de la almadraba. El barquito sale todos los días y el paisaje de los acantilados desde el mar es espectacular. Otra cita imprescindible es con el atún salvaje en los restaurantes del entorno. En este litoral se cocina el atún de almadraba de cien maneras distintas y de formas está exquisito.  

El litoral tarifeño y su entorno inmediato conforman el parque natural del Estrecho y en gran parte se lo debe a la belleza de playas como Bolonia, Punta Paloma, el Cañuelo y Zahara de los Atunes.
Bolonia es una playa salvaje de arena blanca con una gran duna en recodo, el agua transparente, y las ruinas romanas de Baelo Claudia completando el conjunto. Hay visitas guiadas y en verano hasta teatro y visitas teatralizadas cuando cae la tarde.

En Tarifa hay que aprovechar para conocer el parque natural del Estrecho. Bien a través de las visitas en barco para avistar delfines y ballenas bien a través de los senderos o la observación de aves que propone el centro de recepción de visitantes del parque natural del Estrecho. Y para los más atrevidos, es el lugar ideal para apuntarse a un curso de kitesurf.
 

En la ensenada de Valdevaqueros, la duna domina el paisaje. Declarada monumento natural, ha sido escenario frecuente del rodaje de anuncios de televisión y presenta una de las vistas más estupendas de la costa africana.

Playas de colores

Varias playas de Tarifa son también la meca del windsurf y el kite-surf y no sólo para quienes lo practican, sino para los que quieran disfrutar del espectáculo: cientos de velas y cometas de colores sobre el mar con el litoral norteafricano al fondo. La mayoría se concentra en Valdevaqueros y la playa de Los Lances.
La arena fina y dorada de las playas de Tarifa y su aspecto salvaje la convierten en una de las  playas más espectaculares. Como lo son las de Zahara de los Atunes, en cuyo pueblo se halla un castillo que ya en el siglo XV funcionaba como fortaleza y factoría de pescado.

Del siglo XVI son las ruinas del Castillo de la isla de Sancti Petri, aquel que se asentó sobre el Templo romano del Hércules gaditano y el santuario fenicio consagrado a Melkart. Por allí pasaron grandes personajes como Aníbal o Julio César.

Desde el puerto deportivo de Sancti Petri sale todas las tardes  de verano un barco para ver cómo el sol en el castillo del islote. A continuación se hunde en el mar con el cielo teñido de rosa. Una experiencia inolvidable. Se puede reservar en www.albarco.com
Para la práctica del buceo y la pesca con arpón son ideales la playa de Sancti Petri de Chiclana y la Calita del Agua del Puerto de Santa María respectivamente y para el buceo con tubo: Las Canteras de Chipiona.

En Chipiona se encuentra el Faro más alto de España desde el se divisa una panorámica espectacular porque lo construyeron para indicar la entrada del río Guadalquivir, el río grande de Andalucía. Y se puede visitar. Eso sí, hay que subir 334 escalones para llegar a la linterna porque está situado a 72 metros sobre el nivel del mar.

Aunque se construyó en 1863 es un faro aeromarítimo porque su haz de luz alcanza la misma distancia en horizontal que en vertical por eso también sirve para loa aviones.
En verano, la oficina de turismo ofrece también visitas guiadas a los corrales de pesca, un paisaje de mar y rocas que ya aprovechaban los romanos para que sus capturas entraran en estas piscinas artesanales de roca y capturarlas cuando bajase la marea. 

En la capital y por circunstancias diferentes destacan las playas de La Caleta y La Victoria. La primera es recoleta, situada en el casco antiguo y flanqueada por dos castillos, el de Santa Catalina y el de San Sebastián y en el centro, el antiguo Balneario de La Palma, hoy convertido en Centro de Arqueología Subacuática. En la película de James Bond “Die another day”, El balneario se convirtió en centro de referencia del paisaje de Cádiz, como si la ciudad fuera La Habana.

También es posible verla de frente, desde el mar, saliendo desde el puerto de Cádiz albarcon.com que te lleva, casi todos los días y según el clima, a ver la ciudad amurallada desde el mar hasta llegar a la Caleta o bien al saco de la Bahía.
Otra opción es cruzar la Bahía en los catamaranes que conectan la capital con El Puerto de Santa María y Rota.  

Pionera en Europa

La Victoria es la playa más extensa de Cádiz y forma parte de ella todo el año: para pasear, para correr, para nadar, para tomar el sol. Una playa de cine porque al caer la tarde durante el verano, hay proyección de películas en pantalla grande con la arena convertida en patio de butacas.
Un uso intensivo compatible con el cuidado de la playa, de hecho fue pionera en Europa en conseguir el certificado de AENOR de gestión medioambiental. Un reconocimiento a la calidad de la playa de la que aún puede presumir y que también ostenta la playa de La Barrosa de Chiclana.

Playas concurridas como ésta, extensas y con gran cantidad de servicios son La Fontanilla de Conil o El Carmen de  Barbate. Muy turísticas son también Valdelagrana y Fuentebravía en el Puerto de Santa María, La Costilla en Rota, la Playa de Regla y la Cruz del Mar en Chipiona.

Playas como las de Sotogrande, La Alcaidesa, Atlanterra o La Ballena congregan también a todos los que se alojan en estas urbanizaciones para disfrutar del descanso, de los spas o de los campos de golf que complementan varias de estas instalaciones.

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