Una agradable sorpresa

Con este modelo Mitsubishi reafirma su plan de negocio y su exigente objetivo de que el 20 % de su producción sea de vehículos eléctricos e híbridos. Empezó con el eléctrico i-MIEV hace un par de años y ahora continúa la senda con este interesante híbrido enchufable.

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  • Mitsubishi Outlander PHEV. -

Cuando el mercado incorpora un nuevo modelo los especialistas, casi siempre, se forman una idea aproximada de lo que llega, de su naturaleza, antes de materializar la primera toma de contacto, y en pocas ocasiones se producen sorpresas, y sólo muy de vez en cuando un modelo se desmarca de la generalidad y sí que sorprende.
Este es el caso de la versión híbrida y enchufable del nuevo Mitsubishi Outlander, configurado con una tecnología que la marca lleva explicando algún tiempo y que se ha mostrado muy efectiva, creando una agradable sorpresa general, desde la propia conducción al funcionamiento y eficiencia del sistema.
Con este modelo Mitsubishi reafirma su plan de negocio y su exigente objetivo de que el 20 % de su producción sea de vehículos eléctricos e híbridos. Empezó con el eléctrico i-MIEV hace un par de años y ahora continúa la senda con este interesante híbrido enchufable.
Para empezar, el tren de potencia híbrido, basado en la tecnología de propulsión eléctrica desarrollada por la marca y expresada en el i-MIEV, está montado en un Outlander que desde el principio fue diseñado con la idea de albergar un sistema híbrido, por lo que la integración no mema funcionalidad a un vehículo que es buscado por el comprador como una alternativa a los familiares tradicionales.
Sobre un Outlander convencional, el híbrido sólo merma 14 litros de capacidad al maletero y sólo incrementa unas decenas de kilos el peso final.
Desde la perspectiva estética, el nuevo Outlander resulta equilibrado de formas y es especialmente atractivo desde la perspectiva frontal, quizá consecuencia de la utilización de líneas horizontales muy alargadas, especialmente la principal, por encima de las ópticas, que rea un imagen elegante, que es muy deportiva en la zona inferior, con una amplia calandra trapezoidal muy ancha.
El interior es espacioso, con una configuración de cinco plazas, amplias las tres traseras y especialmente confortables las delanteras, desde las que se domina un amplio campo visual y muy luminoso.
El tren de potencia, lo realmente importante en este crossover, está configurado en la parte delantera con un motor de gasolina de 2.0 litros de 120 caballos de potencia y un motor eléctrico de 60 kW (82 caballos) más inversor, con un par de 137 Nm, además de un generador de 70 kW (95 CV).
En la zona central se ubica  un conjunto de baterías de 80 celdas con una capacidad nominal de 12 kWh, útil es de 8 kWh, y atrás, conectado a las ruedas trasera está instalado otro motor eléctrico más inversor también de 60 kW, pero con un par superior de 195 Nm
Las ruedas delanteras están movidas por el motor de gasolina a través de un tren de engranajes (Modo Híbrido Paralelo).
Con esta disposición del tren de potencia, el Outlanter puede funcionar, no necesariamente de forma secuencial, en modo eléctrico puro, como híbrido en serie e híbrido en paralelo.
Por otra parte, la batería ofrece varias posibilidades de recarga, bien en modo estándar, enchufada a una conexión normal, con un tiempo estimado de 4 horas para una carga completa,  en modo rápido, con 30 minutos de tiempo para el 80 % de la capacidad del acumulador y en marcha, sea en los modos serie y paralelo o a través de la frenada regenerativa.
El sistema se completa con una nueva conjunción de dos motores y tracción a las cuatro ruedas, combinado con el sistema S-AWC (Super All Wheel Control) desarrollado por Mitsubishi en el Lancer Evolution, que integra el control de los sistemas 4WD, ASC y ABS, trabajando en tándem con el sistema PHEV.
Los dos motores accionan los ejes delantero y trasero de modo independiente y lo hacen sin retardo. El sistema no necesita un árbol de transmisión, un sistema hidráulico ni un disco de embrague para conectar los ejes como sí ocurre en los sistemas 4WD convencionales.
En la práctica, las sensaciones percibidas al volante son de absoluta suavidad y progresividad, además de sentirse siempre el empuje cuando se solicita. Parece que tiene muchísimos más caballos que los nominales.
Cuando se activa el modo de conducción eléctrico puro queda activo el sistema de tracción integral con los dos motores eléctricos, alimentados por la batería. En esta fase, la autonomía posible es de 52 kilómetros y la velocidad máxima es de 120 km/h.
Funcionando como híbrido en serie, el sistema sigue actuando en tracción integral con los dos motores eléctricos, apoyados por el generador.
Por encima de 120 km/h o cuando se necesita más potencia -una fuerte aceleración, por ejemplo, o por debajo de un 30 % de carga, el modo híbrido en serie se conecta automáticamente.
El motor de gasolina se conecta entonces para alimentar al generador, para recargar las baterías de tracción, con la posibilidad de volver al modo puro eléctrico cuando el sistema determina que puede hacerlo, tantas veces como se necesite.
En el híbrido paralelo, el sistema funciona con el motor de gasolina apoyados por los dos motores eléctricos. Este es un modo en el que el sistema utiliza sus recursos al máximo.
El sistema híbrido funciona con una gran precisión en todas sus fases, lo cual es la primera agradable sorpresa a bordo del Outlander y la suavidad con que lo hace es la segunda, aderezada con la ausencia de vibraciones y un bajo nivel sonoro.
El Outlander siempre ha sido un crossover de conducción agradable, con una buena postura en curva, a pesar de la masa y la altura.
En el caso del PHEV, esta cualidad se acentúa con un centro de gravedad más bajo por el peso y ubicación de las baterías y por una distribución de pesos en los ejes, por la ubicación de los motores eléctricos del 55 % en el delantero y del 45 % en el trasero.
Mitsubishi ha logrado unas respuestas en curva muy neutras sin dominante de ninguno de los trenes. La sensación en curva es muy similar a la se puede percibir en un turismo de menos altura.
En las frenadas, además de regenerativas, ayuda el sistema de recuperación basado en el motor, y ello incrementa el poder de reducción de velocidad y, de paso, un menor descaste de discos y pastillas.
En el mercado, el Mitsubishi Outlander PHEV, como casi todos los híbridos del momento, es un pionero que por sus cualidades es, por el momento, único y, consecuentemente, sin competidores directos.

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