Las cofradías afrontaban esta Semana Santa con el deseo de cumplir un pleno que se venía resistiendo en lo que va de siglo. En los últimos años había sido habitual que un número variable de hermandades se viera en la obligación de suspender sus estaciones de penitencia o, como mal menor, de acortar o modificar los itinerarios previstos.
Nada de eso ha ocurrido este año. Ni siquiera ha sido necesario consultar los partes meteorológicos, porque el sol otorgó su venia desde el Sábado de Pasión hasta el Viernes Santo. Incluso, la Semana Mayor se ha caracterizado por disfrutar de una temperatura propia del tramo final de la primavera. Ni siquiera el viento -un elemento bastante molesto- ha condicionado el normal desarrollo de la Semana Santa, haciendo únicamente acto de aparición en la noche del Lunes Santo.
La recién finalizada Semana Santa -resta la procesión de Cristo Resucitado, que no es una cofradía como tal- ha venido marcada por el buen tiempo y el traslado del palquillo de inicio de la Carrera Oficial a la plaza Aladro. Esta medida -previamente consensuada por el Ayuntamiento y la Unión de Hermandades- ha aliviado sustancialmente el entorno de la Alameda de Cristina y el Mamelón, convertido este último lugar en paso obligatorio para la gran mayoría de cofradías que accedían a la Carrera Oficial.
En estos próximos meses será conveniente analizar, por otra parte, la causa de los retrasos que han caracterizado a muchos días de la Semana Santa, afectando fundamentalmente a las recogidas de no pocas cofradías. El Consejo local de la Unión de Hermandades recaba estos días los preceptivos informes gracias a los cuales sea posible encontrar respuesta a esos incumplimientos horarios.
En algunos casos, se cuestiona la decisión de que las preces se hayan rezado con los cortejos al completo en el interior de la Santa Iglesia Catedral, cuando lo habitual era que se rezaran por separado al paso de misterio o palio, respectivamente. Esta circunstancia habría ido acumulando pequeños retrasos al paso de cada cofradía. En cualquier caso, esta es una de esas circunstancias que debe ser analizada en estas próximas semanas.
En lo estrictamente cofradiero, se mantiene la tendencia de años anteriores de incremento sostenido de los cortejos de nazarenos, al tiempo que se sigue apreciando un mayor nivel tanto de las formaciones musicales que han participado en la Semana Santa como de los repertorios interpretados, siempre con excepciones muy localizadas. Lo mismo ocurre con el trabajo de las cuadrillas de costaleros, a pesar de que este año haya estado condicionado por el calor.
Una novedad importante constituyó la incorporación al Martes Santo de la Hermandad de Humildad y Paciencia, que ha venido a completar una gran jornada procesional. Reseñable también la primera salida del Nazareno del Amparo, titular de la Hermandad del Consuelo, que ha permitido además que la dolorosa procesione baje palio.
El buen tiempo ha permitido además que las cinco cofradías de la Madrugada del Viernes Santo completaran sus itinerarios, algo que no ocurría desde 2010. Ese había sido precisamente el último año en que salió a la calle la Hermandad de la Piedad, que esta vez no tuvo problmas para procesionar en la tarde del Viernes Santo. Para que no faltara de nada, una explosión en una cafetería que coincidió con la salida de Las Cinco Llagas sembró el pánico entre muchas de las personas que estaban en ese momento en la plaza Esteve, algunas de las cuales debieron ser atendidas por contusiones o crisis de ansiedad.
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