Queda un año y medio para que se celebren las Elecciones Municipales, que, aunque deberían ser el 26 de mayo de 2019, serán el 9 de junio del próximo año, ya que la ley obliga a retrasarlas para hacerlas coincidir con las elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán en esa fecha. Unos meses antes, en marzo, la cita será con las Autonómicas andaluzas, siempre y cuando, tal y como ya ha anunciado la presidenta Susana Díaz en alguna ocasión, Mariano Rajoy no adelante las Generales. Pues bien, a 18 meses de las Municipales los partidos aprietan el acelerador. Estamos en año preelectoral y aunque aún no hay candidatos designados las formaciones políticas ya han engrasado su maquinaria. El nerviosismo se palpa, en unos y en otros, y la actividad político-administrativa (que se solapa desde hace décadas sin pudor) crece. Empezó el año y se levantó la veda. No hay objetivo desdeñable, pero el incremento inocentemente espontáneo (no como hace años, claramente dirigido, incluso sufragado por los partidos) de grupos de opinión (colectivos, asociaciones, plataformas, etc.) surgido en los últimos años es prioritario, como motor de tendencia de voto. Y ese es necesario convencerlo, o al menos, confundirlo. Empieza la precampaña.
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