Ya decíamos el otro día que el simple hecho de que los cinco portavoces del Parlamento andaluz vinieran a Jaén y se sentaran en una mesa con la plataforma Jaén Merece Más, o lo que es lo mismo, con la ciudad de Jaén, porque guste más o menos el trabajo que han realizado desde su creación, la reunión de ayer es todo un éxito. A su término, cada uno de los portavoces habló de su libro. No hubo compromiso tangible alguno, pero todos entendieron que la paciencia de Jaén se ha colmado y que ya no valdrán los argumentos de siempre y sobre todo, la inacción eterna. Las urnas están a la vuelta de la esquina y Sevilla y Madrid ya saben que tienen en Jaén un frente abierto, con muchos heridos, no pocos muertos, pero con una actitud distinta a la que había en la ciudad hace apenas meses. Quienes nos dirigen aquí también son conscientes (a muchos de ellos les duele y trabajan por Jaén) de que tanto la capital como la provincia han llegado a un punto de no retorno y es necesario comenzar a invertir y acceder a las clamorosas e históricas peticiones de los ciudadanos. Jaén tiene muchas carencias aún, pero la que ya no tiene es la de la apatía y el desinterés por su presente y su futuro.
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