Una nueva Encuesta de Población Activa vuelve a situar a la provincia de Jaén entre las que mayor tasa de paro tiene, solo por detrás de Almería y Cádiz, a pesar de la bajada de 13.000 desempleados que ha supuesto la campaña estival y que respecto al pasado año hay en la provincia 17.300 parados menos. El problema, sigue siendo que el empleo que se genera es completamente estacional y que deja huérfano de futuro a buena parte de la población, sin olvidar que aún hay 78.900 jienenses que no tienen trabajo, que se dice pronto. La situación está tan viciada que parece formar parte del ADN de esta provincia, en la que aunque se salga a la calle (antes ni eso) pocas reacciones se producen. La inversión de las administraciones, históricamente menor que en el resto de provincias, sigue sin activarse y aunque la discriminación positiva no llega nunca a esta tierra, que ya mira a la campaña de aceituna como tabla de salvación un año más, la impotencia crece ya que ahora sí que la sociedad civil lo está reclamando en la calle. Bajará el paro en los próximos meses y volverá a subir una vez que las almazaras estén repletas de nuestro oro líquido. Y vuelta a empezar. Sin duda, algo se nos escapa entre tanta tabla numérica y liderazgo pasivo, que ha hecho que la paz social haya estallado sin que las consecuencias se vean.
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