Partiendo de la base de que todos debemos estar a una apoyando la candidatura de Medina Azahara (Córdoba) para ser declarada Patrimonio Mundial, y teniendo en cuenta que hoy comienza el II Simposio que organiza la Universidad de Jaén sobre la Catedral de Jaén, es buen momento para reflexionar sobre ambas candidaturas. Sin entrar en comparaciones sobre sus fortalezas para formar parte de la catalogación de la Unesco, las dos tienen un importante handicap, y es que la política de ICOMOS y de la Unesco va por derroteros distintos a los del patrimonio histórico, sobre todo, de países occidentales, que coparon la mayor parte durante décadas. Salvado ese escollo, el camino que inició y que ha seguido Medina Azahara debe servirnos como ejemplo en el trabajo que se haga con la Catedral de Jaén, toda vez que Úbeda y Baeza ya han manifestado en reiteradas ocasiones que no volverán a abrir su expediente, algo que, por otra parte, visto el varapalo sufrido hace tres años, tampoco tendría demasiada lógica, porque Vandelvira no es el motivo de la declaración de nuestras vecinas. Por otro lado, a los deberes bien hechos no estaría mal contar con el mismo nivel de implicación de la administración autonómica, como está sucediendo con Medina Azahara, más allá de palmaditas en la espalda y fotos ante el templo.
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