La oposición en bloque ha saltado como un muelle tras la contratación de dos nuevas trabajadoras, de libre designación, una de ellas, para encargarse de las redes sociales de Alcaldía y el equipo de Gobierno y otra para realizar funciones administrativas y de comunicación junto a la edil no adscrita Salud Anguita. Esta segunda jugada, ambas con el visto bueno del alcalde, es la que, a la postre, asegura la mayoría absoluta al PP en los plenos. Tras la salida de los tres concejales de Ciudadanos, como consecuencia de las disputas internas por sus sueldos, los tres ediles no adscritos han tomado caminos distintos. Iván Martínez se convirtió en uno más del gobierno del PP al ser nombrado vicepresidente de la Sociedad Municipal de la Vivienda (Somuvisa); Salud Anguita, tras dar su apoyo a los presupuestos y a otros puntos importantes de gestión, y ya con Vox, consiguió su despacho y su asesora, la misma que tenía cuando era portavoz de C’s. Mientras tanto, Víctor Santiago, se suma a la oposición en la denuncia de estos hechos (sin hablar de transfuguismo, claro) mientras echa la caña aquí y allí. En definitiva, tres ejemplos de esa nueva política que venden los regeneradores más democráticos y que solo tiene un fin último, un puesto de trabajo influyente; y un gobierno que quiere mayoría con votos o sin ellos.
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