Jaén se enfrenta en las próximas semanas y meses a un nuevo contratiempo para que la ciudad pueda disfrutar de su tan esperado Museo Ibero. Un informe de la Abogacía del Estado, solicitado a raiz de la petición de la Junta de la extensión de la cesión de la parcela por parte del Ayuntamiento para uso museístico a una figura más general que incluyera el uso cultural, ha determinado que no solo no se ampliará el uso, sino que deja sin efecto la primera cesión, aprobada en el Pleno de 22 de julio de 2016. Esto quiere decir que la parcela es del Ayuntamiento, por lo que no puede dar la licencia de ocupación a la Junta, que ha sufragado íntegramente las obras del Museo. Una situación administrativa complicada que exige que las administraciones competentes estén ahora a la altura (tras la jugada del Estado, maniobra ya aludida por el secretario de Estado Fernández de Moya en una visita reciente al Museo) para que el resultado no sea una demora en la apertura de las instalaciones, que ya acumulan más de una década de retraso y para que no comience un nuevo ‘pim, pam, pum’, porque la verdaderamente importante aquí es que el museo abra y que se alcance un acuerdo que ni perjudique a la Junta, ni al Ayuntamiento, a pesar de tanta argucia política.
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