Jaén

“Tenemos la cultura del conformismo”

Manuel Parras, que acumula nueve años al frente del CES en dos etapas, plantea que este órgano pueda influir también en la Junta de Andalucía y en el Estado.

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  • Manuel Parras, presidente del CES -

Manuel Parras Rosa ya es la persona que más tiempo ha ocupado la presidencia del Consejo Económico y Social (CES) de la provincia de Jaén, un órgano consultivo e independiente adscrito a la Diputación Provincial creado en 1996. Su primera etapa fue entre los años 2000 y 2007, luego dejó el cargo al ser elegido rector de la Universidad de Jaén (UJA) y, desde 2015, ha vuelto a la presidencia para la que ha sido reelegido recientemente para un periodo de cuatro años.
Parras, que es catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Jaén, sale en defensa de un órgano que, como ocurre con otros consejos similares, ha sufrido cierta desafección y pérdida de protagonismo en los últimos tiempos: “Si yo no entendiese que es una institución que se hace oír, no estaría en  él”, subraya. Y pone en valor el trabajo que hacen los representantes de los colectivos sociales que están representados: “He descubierto el valor del diálogo y que los miembros del CES no están ahí defendiendo intereses propios, sino los colectivos”.
Las funciones estatutarias que le están conferidas al CES son las de elaborar cada año la memoria socioeconómica de la provincia, y la de informar sobre los presupuestos de la Diputación Provincial y su liquidación anual. Pero Parras quiere ir más allá y, por eso, ha propuesto que el CES  informe  también de los presupuestos de la Junta de Andalucía y del Estado, con su correspondiente liquidación. De igual modo, consciente de que buena parte de las inversiones pendientes de esta provincia escapan al ámbito provincial, el presidente del CES quiere que tanto la Junta como el Gobierno de la nación conozcan sus propuestas. “Queremos llevarles las consideraciones prioritarias para cada comarca, y para ello vamos a ir a los territorios para tomar conciencia de la situación de cada uno de ellos”, dice.
Parras no cree que haya que aplicar un único modelo productivo para toda la provincia. “Hay que ir a varios modelos, en función de las características y especifidades de cada comarca”, apunta. El trabajo a pie de calle del CES lo estrenaron con su informe sobre los 30 años del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas, cuyas conclusiones arrojaron luces y sombras: “La mayoría de los ciudadanos sostiene que el parque ha servido  para el desarrollo de la zona y para fijar a la población, pero es verdad que todavía existe una cierta desafección ciudadana por las debilidades en materia de infraestructuras o las restricciones a la actividad agrícola”, resume Parras. A su juicio, “los parques naturales no se han explicado ni explotado bien” en esta provincia, y aboga por impulsar la agricultura sostenible  o la explotación maderera en los territorios con recursos para ello.
Parras muestra su deseo para que el CES sea  un órgano influyente entre  las instituciones públicas, pero descarta que su cometido esté detrás de una pancarta o de una manifestación. “Queremos tener un papel discreto, pero sin renunciar a ser incómodos”, señala. Una de sus propuestas que no ha tenido éxito alguno fue la concesión de ayudas a las cooperativas que contratasen titulados universitarios. Apenas dos solicitudes recibió la Diputación en sus dos convocatorias, algo que Parras cree que debe ser objeto de reflexión: “Es algo grave, porque la falta de mayor profesionalización es uno de los problemas de las cooperativas y uno de los mayores lastres para impulsar la comercialización”.
El CES va a presentar próximamente un informe sobre el potencial logístico de la provincia de Jaén, y mientras está trabajando en otros dictámenes que pronto verán la luz. El primero de ellos es sobre la conveniencia de internacionalizar Expoliva, tras la petición recibida por Ferias Jaén para organizar una feria similar en Marruecos. “¿Dónde está el problema de internacionalizar una feria? ¿Por qué no llevarla también a California o a Singapur?”, se pregunta en voz alta Parras, tras rechazar los recelos que esta iniciativa pudieran suscitar: “El proteccionismo es lo peor para avanzar; ese miedo se supera siendo más competitivos, la competencia en igualdad es buena”.
Otro dictamen en el que trabaja el CES es sobre la situación del ferrocarril en la provincia, tanto en viajeros como en mercancías, situación que Parras no duda en calificar como “lamentable” y que ya fue objeto de otros reproches similares por el CES. Y es aquí donde el presidente del CES  provincial se muestra más autocrítico sobre el carácter de los jienenses: “Tenemos una cultura del conformismo en Jaén, y ese virus hay que inocularlo cuanto antes”. Y lo vuelve a decir de manera más suave: “Esa excesiva educación es mala para que nos tomen en cuenta”, dice, para justificar a continuación el nacimiento de una nueva plataforma en defensa del ferrocarril, de momento con un tibio apoyo ciudadano.
Un tercer dictamen pendiente por el CES es sobre el impacto de la maquinaria en el sector agrícola, hasta ahora casi irrelevante en la provincia. “Es algo que nos está pasan do factura porque dejamos escapar buena parte del valor añadido de nuestra riqueza”, manifiesta Parras, que aboga por un mayor esfuerzo en la I+D+i dentro del sector oleícola.
Manuel Parras no cree que Geolit haya sido un fiasco. Incluso cree que en su día fue una “buena idea”. Pero admite que el Parque Tecnológico del Aceite “no ha alcanzado la dimensión esperada”, en parte porque la crisis ahuyentó a varias empresas pero también, subraya el presidente del CES, “porque no ha habido el suficiente contrapeso de la iniciativa privada”.
Por eso, y como gran experto que es en la comercialización del aceite de oliva, Parras anima a los productores a aprovechar el buen momento de precios -estabilizados en torno a los cuatro euros el kilo- para afrontar la necesaria modernización de las estructuras del sector. Admite, no obstante, que las ayudas comunitarias van a seguir siendo necesarias para hacer sostenible buena parte del olivar jienense, al tiempo que habla sin miedo de afrontar una reconversión en el olivar con el objetivo de reducir costes y aumentar la competividad.  Plantea en esa línea la creación en las almazaras de una sección de gestión de fincas para optimizar costes. “El problema no es el minifundismo, sino la dispersión de las fincas”, concluye.

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