Jaén ha sido tradicionalmente una provincia y una ciudad segura, de las más del país, con bajos índices de criminalidad y así lo vuelven a confirmar los datos que ayer ofreció el ministro de Interior, el delegado del Gobierno en Andalucía y la subdelegada en Jaén. No obstante, eso de la seguridad, como todo, sigue yendo por barrios, ya que mientras en la provincia los delitos y faltas bajaron un 2,3 por ciento, en la capital se incrementaron un 1’5 por ciento. Además, el propio ministro Zoido destacó en su comparecencia algunos ejemplos preocupantes de subidas en todo el país, como el incremento en Jaén del 225 por ciento en el apartado de tráfico de drogas. También se ha sacado pecho del porcentaje de resolución de casos, que se sitúa en un 42’5 por ciento, es decir, que de diez delitos y faltas que se producen solo se resuelven cuatro, una cifra, que si bien está al nivel medio del país, tampoco es para tirar cohetes. Los datos que no conocemos son aquellos de la resolución de casos graves por su cuantía o posible repercusión penal. Nunca se facilitan, pero no hay más que tirar un poco de hemeroteca para afirmar que la gran mayoría quedan impunes. En cualquier caso, Jaén precisa más efectivos ante plantillas que envejecen y se jubilan, y la capital, una comisaría nueva. Esperemos que con la nueva subdelegada del Gobierno, Francisca Molina, llegue al fin la buena nueva.
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