Bien es cierto que más vale una imagen que mil palabras y eso es lo que sucede con las obras que se han llevado a cabo en el Paseo de las Bicicletas. No hay más que dar una vuelta por el histórico lugar de recreo de la capital, olvidado hace décadas, para que las dudas sobre lo que se ha hecho nos asalten a borbotones. Salvo los socavones de hace unos meses y una superficie similar al albero en una de las aceras, poco más a la vista. Casi seis meses de obras para abrirlo al público y encontrarse con un decepcionante resultado. Desde el Ayuntamiento no se dan explicaciones de qué es lo que se ha hecho, simplemente se ha insistido en que queda una segunda fase en la que se actuará en la zona de juegos para los niños. Hasta el momento se han invertido 88.000 euros y los empleados municipales trabajan estos días para plantar césped. Quedan por invertir unos 20.000 euros, pero la sensación es tan desoladora como antes de que comenzaran las obras, que, por otro lado, ya están recepcionadas. ¿Qué se ha recepcionado? ¿Éste es el resultado de la inversión realizada gracias a los planes provinciales de la Diputación cuyo presupuesto sufraga al 80 por ciento? ¿De verdad éste será el resultado final tras casi seis meses de trabajo? No es que llueva sobre mojado, es aguacero tras aguacero.
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