Al igual que dos no se pelean si uno no quiere, según el popular refrán, tampoco dos se ponen de acuerdo si uno no quiere y mucho menos, cuando son más los que deben ponerse de acuerdo. La base de cualquier negociación es la cesión de determinados preceptos, en favor de los del resto de negociantes y ese concepto parece que no está claro aún en las negociaciones que los grupos municipales están manteniendo para alcanzar acuerdos que palien la situación financiera del Ayuntamiento (que además, no depende de la propia Corporación). En el caso que nos ocupa el interés general de la ciudad debe estar, además, por encima de cualquier beneficio partidista o particular. Y es ahí donde peor lo llevan los tres concejales no adscritos, antes de Ciudadanos. Han sido ya varias las ocasiones en las que han repetido que si les piden responsabilidad, que les den responsabilidades. Un eufemismo que esconde su verdadero argumentario ante el Gobierno local, ya que lo que realmente quieren decir es que si el PP quiere su voto en los plenos, independientemente del asunto que sea, que les den áreas de Gobierno y cobren el cien por cien de la liberación. Por supuesto hay más votos, pero éstos no los cambian por entrar en el Gobierno.
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