Tras el tranvía y algunas decenas de proyectos que acumulan décadas en la ciudad de Jaén, el conflicto con la Dependencia protagonizado por el Ayuntamiento de Jaén y su anterior alcalde ha sido una de las páginas más negras de los últimos años, sobre todo, porque afectaba a una plantilla de 150 trabajadoras y a cerca de mil vecinos evaluados y receptores de la ayuda a domicilio como personas dependientes. La negativa de Fernández de Moya de seguir prestando el servicio para que la Junta se hiciera cargo directamente, como consecuencia de los retrasos en el abono de las partidas, llegó a la Justicia, que quitó la razón a un alcalde que en su día dijo que serían muchos más ayuntamientos los que seguirían sus pasos. Ahora, tres años después de aquella pesadilla para trabajadoras y usuarios, el nuevo alcalde, Javier Márquez, se ha sentado con la empresa concesionaria del servicio, para comprometerse a ingresar íntegramente los pagos que la Junta realiza al Ayuntamiento y, lo más importante, a propiciar, junto a la empresa, una línea de crédito con una entidad bancaria que adelante el dinero y ponga fin a los problemas de liquidez que afecta al cobro de las nóminas de las trabajadoras. Simplemente. Diálogo, acuerdo y soluciones, sin buscar más culpables que la coyuntura económica actual.
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