Jaén ha roto la tendencia nacional y andaluza y, al igual que otras provincias de la región, se ha zafado de la subida del paro generalizada. Aquí han sido 353 los jienenses que, gracias a la agricultura, han conseguido un puesto de trabajo en el mes de agosto, período tradicionalmente vacacional y turístico. Son ya cinco meses consecutivos en los que desciende el desempleo en la provincia, a la que también ha acompañado la capital con 113 personas menos. Sin embargo, queda más que patente la dependencia de Jaén del sector primario, principalmente de las campañas agrícolas, en esta ocasión la vendimia y los trabajos previos a la recogida de la aceituna. Llama la atención que, a pesar del descenso generalizado en Jaén, haya aumentado el paro en el sector servicios, precisamente en el mes tradicionalmente dedicado a las vacaciones. Bien es cierto que Jaén no es un destino veraniego y que su temporada alta sigue siendo la primavera, principalmente, pero ciudades como Úbeda y Baeza y el parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas se han convertido desde hace años en lugar de destino de muchos viajeros, sin que esta circunstancia se haya reflejado como debiera en la contratación. Sigue vigente, por tanto, el fantasma de la economía sumergida, demasiado común aún en sectores como la hostelería; tanto, como los contratos precarios.
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